Madrid. El hospital clínico tutela un “piso terapéutico” para pacientes con trastornos de la personalidad


El Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico de Madrid ha puesto a disposición de sus pacientes con trastornos de la personalidad un "piso terapeútico" para ayudarles a avanzar en el campo de su autonomía y responsabilidad, y también a salir de las relaciones patógenas que algunos establecen con sus familias.


Este "piso terapéutico" está gestionado por la Unidad de Trastornos Límite (TLP) de la Personalidad, dirigida por el doctor José Luís Carrasco, quien, según informa el centro hospitalario, selecciona a los pacientes que participan en este proyecto, tutelándolos en grado mínimo al tiempo que les siguen prestando asistencia terapéutica.
Este proyecto está pensado especialmente para los enfermos cuya dependencia familiar imposibilita el avance terapéutico y precisan ganar autonomía personal.
"Durante la estancia en el piso los pacientes aprenden a regular de manera autónoma sus hábitos vitales, su autocuidado, el mantenimiento del hábitat y la autodisciplina", señala el Clínico.
También desarrollan habilidades para alcanzar la tolerancia interpersonal necesaria para la convivencia social al tiempo que desarrollan un autoconocimiento psicológico.
CINCO DORMITORIOS
El piso, ubicado en Leganés, tiene cinco dormitorios, totalmente amueblado y acondicionado, cedido en alquiler por el IVIMA a la Asociación Madrileña de Ayuda e Investigación del Trastorno Límite de la Personalidad (AMAI-TLP) para su gestión.
En él conviven un máximo de cinco de estos pacientes que permanecen en el piso de seis meses a un año, tutelados y supervisados clínicamente por los profesionales de la Unidad de TLP del Hospital Clínico de Madrid.
Esta tutela es mínima, ya que no hay monitores conviviendo con los enfermos ni se les proporciona ningún servicio residencial (cocina, limpieza, compra, reparaciones básicas, etc).
Los pacientes remitidos a este piso terapéutico tienen las capacidades potenciales para gestionar y regular de manera autónoma el funcionamiento de esta residencia, y la estancia allí les ayudará a descubrirlo. Regularmente los terapeutas visitan regularmente las instalaciones para comprobar el estado del material y las condiciones de habitabilidad.
Este programa constituye la segunda fase de la terapéutica de estos pacientes.
Durante la primera etapa, de entre tres y seis meses, los enfermos reciben en la Unidad de Día tratamiento orientado a desarrollar un grado suficiente de autocontrol, regulación emocional y un principio de autoconocimiento de sí mismos suficientes para empezar a pensar en actividades autónomas.
En la segunda etapa comienzan a explorar, con la ayuda de los terapeutas ocupacionales, sus posibilidades vocacionales, académicas o laborales.
La asignación de actividades de mantenimiento y cuidados generales del piso son determinadas por el equipo de la Unidad de Día entre los ocupantes y las actividades y el uso del tiempo durante la estancia serán dispuestas por los propios ocupantes, con la supervisión y consejo de los especialistas de la Unidad.

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