Redes de sensores químicos para mejorar de forma discreta la seguridad en los aeropuertos

  • Este invento protegería la intimidad de los usuarios porque los sensores simplemente "olerían" los productos químicos peligrosos que pudieran transportar, tales como explosivos.
Alvy / Microsiervos

Un grupo de investigadores del Fraunhofer Institute for Communication en Wachtberg (Alemania) está desarrollando un sistema de seguridad para los aeropuertos consistente en unos sensores químicos que "e;huelen"e; los materiales peligrosos y alertan a los equipos de seguridad para que inspeccionen a las personas sospechosas. El sistema, denominado HAMLeT (Hazardous Material Localization and Person Tracking) o "e;Seguimiento de Personas y Localización de Materiales Peligrosos sin duda hace bueno aquello de que "e;Algo huele a podrido en…"e;

La idea cuenta con la ventaja de que no resulta tan invasiva para la intimidad de las personas como las propuestas que se han oído en las últimas semanas de escáneres de cuerpo completo, que no se sabe si pudieran ser peligrosos por un lado ni si la información que graben sería luego almacenada o reenviada. En HAMLeT es una red de sensores químicos de alta sensibilidad la que, a lo largo de un amplio espacio tal como una sala de espera o pasillos "e;huele"e; los rastros de explosivos químicos. Cada producto químico tiene composición particular y unas frecuencias de oscilación peculiares que pueden ser capturada e interpretadas en una red, con el software adecuado. Esa información se transmite entonces a un equipo de seguridad central, que es capaz de ubicar la posición exacta de la persona portadora de los materiales conociendo en qué lugar se encuentra en tiempo real.

Según han explicado los investigadores, la parte del rastreo de los individuos es la más sencilla y ya se lleva a cabo hoy en día con otras tecnologías como la de identificación de rostros en multitudes; el mayor problema hasta el momento son los falsos positivos: aquellas alarmas que se disparan aun cuando la persona no está portando ningún tipo de producto peligroso, algo también molesto e incómodo. Ahora trabajan en minimizar ese problema para poder convertir su investigación en productos prácticos para ser instalados en lugares como los aeropuertos que requieran estas medidas de seguridad tan específicas.

(Vía Popular Science.)

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