Un chip para devolver la vista a los ciegos

  • Científicos alemanes desarrollan un microchip fotosensible que se implanta bajo la retina y permite a varios invidentes con retinosis pigmentaria distinguir formas y objetos.
Un chip para devolver la vista a los ciegos
Un chip para devolver la vista a los ciegos
Universidad de Tubinga
A.M.R. / Agencias

"Esto que tengo delante es un plato, aquí está el cuchillo y esto otro es una cuchara". Si la prueba la hiciera cualquiera de nosotros no parecería un gran avance, pero el paciente que habla en el vídeo lleva años completamente ciego debido a una enfermedad degenerativa conocida como retinosis pigmentaria. Se llama Miikka Terho, es finlandés y empezó a quedarse sin visión a los 18 años. Ahora, dos décadas después, un implante desarrollado por científicos de la Universidad alemana de Tubinga le permite volver a distinguir objetos e identificarlos.

La retinosis pigmentaria afecta a unos 15 millones de personas en el mundo y es la primera causa de ceguera de origen genético. Los afectados comienzan a perder progresivamente los conos y los bastones de su retina y empiezan viendo a través de una especie de túnel hasta que dejan de ver por completo.

"Tres o cuatro días después del implante", cuenta Miika a la BBC,  "empecé a notar flashes y cierta actividad que no había tenido". "Con la práctica empecé a ver mejor y mejor... No es como ver normal, como cuando miras por una ventana y ves los coches... es otra forma de ver, más como el blanco y negro, veo las líneas verticales, las líneas horizontales..."

¿Cómo funciona el chip desarrollado por estos científicos? Tal y como publican en  "Proceedings of the Royal Society B", la idea principal es sustituir los receptores de la retina que la enfermedad ha dañado.  El implante tiene 3 mm de diámetro y 50 micras de espesor en los que agrupa 1.500 diodos fotosensibles. Estos diodos reciben y amplifican la señal lumínica  y la transforman en impulsos eléctricos que envía al cerebro a través de las neuronas retinales.

Las pruebas se realizaron en once pacientes invidentes, que habían quedado ciegos entre 2 y 15 años antes del experimento. Cinco de los pacientes fueron capaces de reconocer y localizar fuentes de luz o grandes objetos blancos. Entre los tres pacientes que mejor respondieron al implante, dos hombres y una mujer ciegos desde hace al menos cinco años, el caso más sorprendente fue el de Miika.

El paciente finlandés se adaptó al implante con cierta facilidad y comenzó a identificar objetos y formas, a ver la hora en la esfera de un gran reloj e incluso a distinguir su propio nombre en letras grandes y blancas, y a advertir cuándo estaba mal escrito.

"No ven como nosotros, pero para un ciego que no ve nada significa mucho", explica a Efe en una entrevista por teléfono el profesor Eberhart Zrenner, fundador de Retinal Implant AG y director del hospital oftalmológico de la Universidad de Tubinga.

Zrenner explica que el método entra ahora en una fase clínica con entre 25 y 50 pacientes en centros de cuatro países y se espera que pueda ser registrado de aquí a dos o tres años por la Unión Europea.

"Luego serán necesarios otros dos años para preparar a los cirujanos", señala.

El profesor cree que de aquí a cinco años puede estar disponible, a un precio de entre 25.000 y 50.000 euros.

Sin embargo, advierte de que "no se deben generar falsas esperanzas" ya que el implante retinal no sirve si la enfermedad está muy avanzada y hay cicatrices formadas tras 20 o 25 años de ceguera.

"Entonces ya no hay neuronas a las que podamos conectar el dispositivo", asegura.

En la actualidad también se encuentra en una fase de estudio otro sistema, el implante epiretinal, que al ir colocado fuera de la retina requiere que el usuario lleve una cámara y una unidad de procesamiento.

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