Méndez Guédez habla del abandono como posibilidad de crecer en "Arena negra"

  • Alicia G. Arribas.

Alicia G. Arribas.

Madrid, 13 jun.- El escritor venezolano afincado en España Juan Carlos Méndez Guédez vuelve a retomar el universo de la inmigración en su nueva novela "Arena negra", esta vez, vista desde el lado del que se queda, para indagar en el abandono "no como herida, sino como posibilidad de crecer".

Reciente ganador del I Premio de los libreros en Venezuela 2013, que valoraron en ella "la dimensión poética de su lenguaje", el escritor ha explicado en una entrevista con Efe su interés por mirar la inmigración "desde el lado de los que se quedan, que deben aprender a olvidar y a querernos desde la distancia".

"Pero también quería observar el abandono como una posibilidad creativa, es decir, hacer del abandono no una herida, sino una posibilidad de crecimiento, de reconstrucción".

"Arena negra", como el color de algunas playas de las Islas Canarias donde sucede gran parte de la novela, cuenta la historia de un hombre que se marcha a Venezuela dejando atrás a su familia.

Así, sus protagonistas son una hija marcada por esa ausencia que, mientras espera el regreso, inventa y reinventa al padre; una madre no es capaz de ocultar su dolor, ni cuando se esconde en una falsa muerte del marido, y un narrador, poeta y enamorado, que aparece y desaparece como guía y espejo.

Pero lo más curioso del libro es el modo en que Méndez Guédez ha ordenado sus páginas.

El autor de "Tal vez la lluvia", premio Ciudad de Barbastro de Novela Corta en 2009, explica que "quería trabajar la idea de que el mundo es un alfabeto que debemos descifrar; la idea de que las letras ocultan y guardan historias, la idea de la escritura como algo sagrado y misterioso".

Guiado por las voces del poeta venezolano Eugenio Montejo y del narrador Severo Sarduy, el barquisimetano se dejó llevar por la "bonita idea" prestada por estos intelectuales de que los alfabetos son "la puerta a otros mundos".

"Y pensé en escribir el alfabeto de la vida de una persona y lo armé de esa forma: cada letra corresponde a una situación o un estado de ánimo; hay letras que se repiten como si la novela no terminara de avanzar, y entonces se reescribe de otra forma, la misma historia u otra parecida".

Y se buscan esos signos en los lugares más dispares: en la arena, en las mariposas, dentro de las personas, en los lunares..."es un poco como que el mundo es un texto que debe ser leído", resume el cuentista creador de "Ideogramas" y "Hasta luego, míster Salinger".

En la novela se ha eliminado tanto lo superfluo que se puede entrever un microrrelato en cada línea del relato.

Aunque en sus novelas siempre hubo referencias al gobierno militar de los últimos años en Venezuela, -un tema que le duele, explica-, en "Arena negra" solo habitan personas no vinculadas a lo político, "seres humanos normales que ven pasar la realidad".

"Necesitaba tomar aire fresco y también darles ese respiro a los lectores", indica Méndez Guédez, quien, no obstante, protesta por el momento político de su país a su manera:

"Siento que cada hecho creativo, cada momento de belleza que yo pueda conseguir en una palabra es una manera de contradecir la realidad fea, mezquina y bruta de mi país, quiero que se vea que Venezuela no es sólo de esos feroces militares sino que es un país que da muchos artistas plásticos de primera", y cita a Jesús Soto, Carlos Cruz-Díez, a José Balza.

En ese sentido, explica que "la cultura en Venezuela es una cultura acosada, sin apoyo", que encuentra en las librerías "un mundo paralelo" donde vivir.

Editada por Lugar Común, en Venezuela, y Casa de Cartón, en España y Perú, la novela se puede encontrar estos días en la feria del libro de Madrid.

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