Los deportes del verano

    • La llegada del buen tiempo permite practicar algunos deportes propios de la estación estival.
    • Los deportes de aventura y de agua son los más adecuados para combatir el calor.
Varios niños juegan con un balón en una playa de Río de Janeiro
Varios niños juegan con un balón en una playa de Río de Janeiro

Llega el verano. Las ligas a nivel profesional paran y la gente se queda sin deporte que poder ver, salvo contadas excepciones. Es, por tanto, el momento de convertirse en protagonista. El periodo de vacaciones es el ideal para pasar de espectador a practicante, para dejar la televisión y disfrutar del ejercicio. Sin embargo, jugar al fútbol, al baloncesto o al tenis no parece muy recomendable en junio, julio o agosto, cuando los termómetros pueden alcanzar los cuarenta grados. Por suerte que existen deportes ideales para estas fechas.

En un país como España, con tantos ríos y, sobre todo, con tanta costa, los deportes de agua son los que más triunfan en verano. Cada vez son más las personas que combaten el calor haciendo ejercicio. En primer lugar, por supuesto, está la natación. No hablamos de la piscina municipal o de la vecinal, sino de la piscina con calles para nadar. Puede ser una gran opción para todo aquel que quiera mejorar su estilo porque muchos ayuntamientos ofertan cursos y precios especiales hasta septiembre. Incluso se puede practicar el acuagym, ideal para personas mayores y para personas con daños musculares u óseos. A todos ellos les garantiza un rato de refrescante diversión.

Pero si lo que se busca es agua en la naturaleza, hay que ir al río o al mar. Allí se puede aprender a hacer descensos a bordo de canoas o de kayaks; ambas opciones por precios bastante económicos. Incluso existe la opción de hacer rafting y descender rápidos, para gente más osada. Si lo que interesa es el agua salada, entonces se puede practicar esquí acuático -aunque hay que tener cierto nivel de conocimientos-, kitesurf -se puede obtener una buena técnica en todo el verano-, snorkel -para conocer la fauna marina más cercana a la costa-, surf -deporte que cada día tiene más adeptos en España- o cualquier tipo de navegación deportiva (ya sea en embarcaciones de vela o de motor).

Una segunda forma de pasar menos calor es subir a las montañas. A falta de nieve sobre la que esquiar, se pueden coger los piolets, las botas y las cuerdas y dedicarse al montañismo. En caso de querer más adrenalina, existe la opción de la escalada, para lo cual, eso sí, hay que tener mejor condición física. Más relajado que los anteriores es el trekking, que consiste en caminar por las montañas ascendiendo lo que se pueda, sin marcarse objetivos y con el único deseo de disfrutar del paisaje y de la naturaleza.

Para los más clásicos y los que no quieran exigirse mucho, están la bicicleta y los patines. Dos formas de dar un paseo por el paseo marítimo, por el pueblo o por la ciudad donde uno reside habitualmente pero con un punto de vista diferente. En ambos casos, junto a la pequeña botella de agua se pueden cargar dos palas pequeñas de tenis de mesa y una bola y aprovechar las cada vez más numerosas mesas de ping-pong públicas para jugar algunos puntos.De la playa al norte y de ahí, al sur

Tampoco hay que olvidar a todos aquellos que veranean en la playa y disfrutan de la arena tanto como del mar. Para todos ellos existen varios deportes. En un primer nivel, y casi más como pasatiempo, está el archiconocido juego de las palas,algo así como un tenis de playa en la que la pelota -siempre de color llamativo- no puede tocar el suelo porque no rebota. Para una exigencia física mayor hay dos alternativas bastante populares: el volley playa y el fútbol playa.

Un deporte que se ha puesto de moda en España en el último lustro, el pádel, puede ser también una gran alternativa para pasar un buen rato. Hay miles de polideportivos, canchas y centros con pistas bajo techo. El primo del pádel -el squash- pese a ser menos conocido es otra buena alternativa. Más veloz y con mayor exigencia de habilidad. Junto a ellos, el frontón -en todas sus variedades- es la gran opción en lo que a deportes de pared se refiere, sobre todo en el norte de la Península.

Y si se viaja al sur, se puede meter en la maleta los palos de golf para jugar en alguno de los muchos campos de Andalucía o Murcia. Aunque parezca un deporte elitista, lanzar unas cuantas bolas desde una cabina con un palo alquilado no cuesta demasiado e, incluso, pagarse unas clases iniciales para empezar a tener un swing o un putt decente no es tan caro como se pueda pensar.

Mostrar comentarios