Cuando se quieren mantener bajo control las finanzas, es fundamental guardar tus recibos, ya que gracias a ellos podrás tener constancia de todos tus gastos.Si bien en el caso de los gastos personales que tienes en tu día a día y que son parte de tu rutina, podría no interesarte porque son una pérdida de tiempo y energía.
No obstante, en este caso nos centraremos en darte varios motivos por los cuales sí deberías guardar los recibos de tus compras, siendo una de las principales razones la de que es el comprobante de compra para garantías. De esta manera, cuando realizas alguna compra importante, como productos electrónicos, electrodomésticos, joyas, equipamiento deportivo de alto coste, etcétera, debes tener a buen recaudo tus recibos, ya que te servirán en el caso de que presenten algún problema para demostrar su compra.
Es aconsejable que los tengas debidamente guardados en un lugar seguro, y para evitar problemas futuros porque la tinta acabe desapareciendo, lo mejor que puedes hacer es tomar una fotografía de los mismos y guardarlo así en medios digitales.
Más allá de las garantías, hay ocasiones en los que estos recibos nos pueden ayudar para otros fines, como sucede en el caso de que haya que utilizarlos como comprobante de gastos mayores, como puede suceder con las reparaciones y revisiones que se han hecho de un vehículo o de diferentes elementos de un hogar, puesto que, en el caso de una futura venta, pueden ser de gran ayuda para demostrar determinadas actuaciones en estos bienes.
De igual forma, uno de los motivos principales por los que siempre hay que guardar los recibos son las devoluciones o cambios de mercancía. Este ticket es necesario para que puedas devolver un producto dentro del tiempo establecido por la política de devolución de la tienda. Una vez pasado ese tiempo, se podrán desechar cuando son compras menores.
Otros motivos para guardar los recibos
Además de los mencionados, existen otras razones por las cuales conviene guardar los recibos, como sucede con los reembolsos de gastos de trabajo que realizas con tu propio dinero, ya que en ocasiones serán necesarios para poder demostrar esos desembolsos y que luego sean pagados por la empresa.
De igual forma, hay algunos documentos que, aunque no es necesario que los dispongamos físicamente, sí es recomendable, como sucede con el recibo del seguro del coche, que se debe guardar durante toda su vigencia (un año). Es recomendable tenerlo a mano en el coche o, en su defecto, con una captura en el móvil. Aunque actualmente la policía de Tráfico puede consultar su existencia en las bases de datos de la DGT, es obligatorio disponer de un comprobante y pueden llegar a exigirlo en el caso de que no haya cobertura para que puedan realizar su comprobación.
En el caso del resto de seguros, como los del hogar, de vida, etcétera, se recomienda guardar los recibos hasta la llegada del siguiente, ya que puede ser útil en el caso de que haya algún tipo de problema.
