El Bernabéu y sus calles colindantes están tomados por las fuerzas de seguridad. GEOS, agentes antiterroristas de reacción (PAR), 33 caballos, nueve grupos de perros, más efectivos que nunca han velado por la seguridad del Real Madrid- Barcelona que se disputa una semana después de los dramáticos atentados en París.
lainformacion.com ha vivido in situ cada uno de los sistemas de seguridad del partido más vigilado de la historia de España. En total han sido tres los anillos de seguridad que las fuerzas de seguridad han vigilado alrededor del campo con férrea disciplina.
El primer anillo era prevención. La Policía vigila la presencia de posibles sospechosos en las calles paralelas al Paseo de la Castellana. Es el primer filtro. Gran parte de los espectadores que han acudido al partido son extranjeros. En este primer control aquellos que se consideran sospechosos son detenidos y se les solicita el DNI.
Ya en el segundo anillo de seguridad se solicitan las entradas y la documentación que acredita que se acude al partido para mantener alejados del Santiago Bernabéu a todo aquel que no vaya a entrar al campo. En todo momento cada una de las acciones de la Policía está vigilada a 10 metros de dsitancia y con el mano en el arma por los agentes antiterroristas de Reacción (PAR).
Los PAR están preparados para actuar de inmediato evitando cualquier reacción extraña del cacheado y para proteger a los agentes que están haciendo su trabajo.
El caso más tenso se ha vivido cuando un joven con la bandera de Palestina ha intentado entrar al campo por la zona VIP.Los GEOS han salido de la nada, le han reducido, le han desnudado y le han apartado.
Los asistentes al estadio han respirado en todo momento tranquilidad. La calle de Padre Damián es la que ha tenido más problemas para acceder al campo. Estas puertas en lugar de abrirse a las cuatro y cuarto se han abierto a las cinco y cuarto. Es la zona por donde ha pasado el autobús del Madrid y del Barça. Los controles de seguridad han empezado más tarde.
La segunda operación que vemos con nuestros ojos afecta a un grupo de cuatro magrebíes que no hablan español y que están en los alrededores del estadio. Es ya el anillo número dos. La policía no pierde ni un segundo en rodear a los cuatro jóvenes y pedirles sus datos y su documentación. En todo momento y después de percatarse de que no hablan español, los agentes de seguridad apuntan con sus armas y empiezan a inspeccionar su documentación. Al cabo de una serie de minutos y comprobar que no hay motivo de alarma, los jóvenes continúan hacia el campo.
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