Regreso de yihadistas sigue amenazando a Rusia, tras intervención en Siria

El posible regreso de combatientes yihadistas desde Siria sigue siendo una de las "principales amenazas" contra Rusia, tras seis meses de intervención militar de Moscú en el país mediooriental.

Cuando decidió intervenir militarmente en Siria, el presidente Vladimir Putin dijo que quería evitar que los yihadistas usaran en Rusia la experiencia adquirida en Siria.

Sin embargo, "el regreso de combatientes de la organización Estado Islámico (EI) es una de las principales amenazas que pesan actualmente sobre Rusia", estimó en Moscú el Consejo de Relaciones Exteriores, en un informe difundido el 15 de marzo, tras anunciarse la retirada de Siria de la mayor parte del contingente militar ruso.

Rusia comenzó en septiembre una campaña de bombardeos para apoyar al gobierno sirio. Su principal objetivo no era eliminar a los alrededor de 2.900 yihadistas rusos, en su gran mayoría originarios de las inestables repúblicas rusas musulmanas del Cáucaso, que combatían en Siria, pero Putin esperaba que esta intervención tuviera consecuencias indirectas positivas para esta región rusa.

"No podemos permitir que adquieran hoy en Siria la experiencia que luego habrán de usar en nuestro país", resumió en aquel entonces el mandatario ruso.

Algunos expertos habían considerado que, en medio del conflicto sirio, tenía lugar una tercera guerra entre rusos y chechenos.

Tras la segunda guerra de Chechenia, a principios de los años 2000, la rebelión se islamizó progresivamente y desbordó las fronteras chechenas para transformarse en un movimiento islamista armado activo en todo el Cáucaso.

Tras fracasar en su intento de crear un "emirato" en la región, numerosos combatientes empezaron a irse masivamente a Siria en el verano boreal de 2012 y otros declararon su lealtad al EI.

Según el ministro de Defensa de Rusia, Serguei Shoigu, los bombardeos aéreos de su país en Siria mataron a unos 2.000 yihadistas rusos, pero los expertos toman estos datos de las autoridades con cautela.

"La retirada de nuestras tropas no significa que la amenaza terrorista que pesa sobre Rusia haya disminuido", estimó el especialista Andrei Kazansev.

Kazansev destacó que los bombardeos occidentales en Irak y Siria no impidieron que los yihadistas de regreso de Siria llevaran a cabo atentados en Europa, sino todo lo contrario.

"Esta amenaza preocupa desde hace tiempo a las autoridades rusas. Sólo durante el año pasado, habían informado de unas 650 personas que combatieron en el extranjero, sin duda alguna en Siria" y luego regresaron a Rusia, destacó por su parte, Grigori Shvedov, redactor jefe del portal especializado Kavkazski Ouzel.

Desde fines de 2015, los servicios de seguridad rusos llevaron a cabo numerosas detenciones de presuntos miembros del grupo EI, acusados de planificar atentados en Rusia para luego huir a Siria.

"Sin embargo, el Estado Islámico (...) sólo organizó tres ataques poco significativos" en 2015-2016 en el Cáucaso ruso, puntualizó Shvedov. Uno de estos ataques, reivindicado por el grupo EI, fue un tiroteo que dejó un muerto en un lugar turístico de Daguestán.

Además de los originarios del Cáucaso, los yihadistas de las exrepúblicas soviéticas de Asia Central, que serían entre 5.000 y 7.000, también preocupan a las autoridades rusas.

Ante la cantidad de personas que se fueron del Cáucaso ruso rumbo a Siria y su posible regreso, las autoridades locales han intentado promover "centros de reconciliación", con el fin de integrar nuevamente a los arrepentidos en la sociedad.

No obstante, las disposiciones represivas de Rusia, que considera que todo apoyo al grupo EI implica importantes penas de cárcel, obstaculiza estas tímidas iniciativas, según un informe del International Crisis Group.

Mostrar comentarios