El Banco Central Europeo ha vuelto a decepcionar a los mercados, que han vuelto a exacerbar las expectativas depositadas en la institución monetaria. Esta vez, al contrario que en las seis reuniones anteriores, el BCE ha ido más allá de lo meramente descontado por el mercado. A la decisión de bajar los tipos de interés nominales en 25 puntos básicos, le ha acompañado otra medida que no estaba tan descontada: reducir a 0 puntos la remuneración de los depósitos bancarios overnight.
El potencial de esta segunda decisión es elevado: todos los días, entre 700 y 800.000 millones de Euros de los bancos europeos pernoctan en el BCE. Si parte de esa enorme cantidad de dinero se recondujese a otros canales (mercado interbancario, compra de deuda, actividades de financiación), el efecto en la economía sería muy positivo. Pero, a corto plazo, no cabe pensar que una gran parte de esos capitales (seguramente, los que más aversión al riesgo ostentan), se movilicen hacia actividades que no supongan un riesgo mínimo.
Desde de la rueda de prensa del Presidente del BCE se ha extendido la decepción en los mercados. Draghi ha apuntado que la economía se está debilitando (especialmente la confianza y el sentimiento sobre ésta), que la inflación está totalmente controlada y que no ve señales de que una gran cantidad de capitales esten abandonando la Eurozona. Ha vuelto a señalar que los efectos del LTRO necesitarán más tiempo para poder contemplarse (especialmente, al estar el canal de crédito cerrado), y que el MEDE es suficiente.
Pero lo más interesante del discurso se ha centrado en que, pese a que la bajada de tipos de interés de hoy se ha tomado por unanimidad, no se han debatido más medidas no convencionales (el programa de compra de deuda SMP y el programa de liquidez a largo plazo LTRO). En el fondo, los inversores albergaban la esperanza de que alguno de estos dos programas (tal vez los dos), fueran accionados a corto plazo.
Para los mercados, esto es la nueva constatación de que, pese a los importantes acuerdos alcanzados por los políticos europeos la semana pasada, el BCE no ha variado ni un ápice su voluntad de mantener un papel secundario en la resolución de la crisis en Europa. Minutos antes (de la bajada de tipos), el Banco de Inglaterra y el Banco Central de China mostraban una actitud bien distinta, en un contexto muy diferente (ambos han recortado el precio del dinero).
Daniel Pingarrón. Estratega de Mercados de IG Markets.
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