Cómo hacer que el viento sople a favor y el sol te ilumine frente a la crisis

  • La expansión internacional de Siliken en el campo de las energías renovables, su diversificación y sus productos de alta cualificación, le han permitido crecer a pesar de los tiempos que corren.
Una trabajadora de Siliken monta un panel para un módulo solar
Una trabajadora de Siliken monta un panel para un módulo solar
Pablo Arqued

Lo de Siliken, empresa de energías renovables, no fue un brindis al sol. Nació en 2001 para hacerse un hueco en el prometedor sector español y lo ha logrado también en el mercado internacional. Esa expansión fuera de España y sus reconocidos productos de alta cualificación, eólicos o solares, con una seria apuesta por el I+D+i, le han permitido brillar en la oscuridad económica generalizada.

Si bien tomaron "la decisión de salir de España antes de la crisis", su expansión internacional ha sido fundamental para la actual buena marcha de Siliken. "En 2008, el 90% de nuestra producción se vendió en España. En cambio, en el 2009 se produce un giro radical en el que el 90% de la producción se vende fuera de España. Y esa es también la tendencia para 2010", explica Antonio Navarro, director Adjunto a la Presidencia, que nombra "la planta de producción y la filial de San Diego (EEUU), y las de Francia, Italia y Alemania", así como a República Checa, Holanda, Bélgica y Canadá en los planes como próximos objetivos.

Pero señala Navarro que hubo una razón legislativa en esa estrategia, más allá de "diversificarse para no depender excesivamente de un único mercado". Porque "tras el gran desarrollo de la energía solar en España en 2008, líder del mercado mundial, el Ministerio de Industria sacó la aprobación del nuevo Real Decreto RD1578/2008 (PDF), cuyas consecuencias han sido muy graves: La introducción de un sistema de cupos ha supuesto la paralización del mercado durante alrededor de 6 meses y además no se ha impedido la especulación como se preveía. En 2009 se instalaron en España el 3% de lo instalado en 2008. Había que salir fuera", afirma.

De la energía solar a la eólica

Desde que produjeron su primer módulo solar hasta ahora su evolución tecnológica ha sido continua, fruto de una potente investigación e innovación. Sus placas solares, que construyen en distintas plantas de producción en España (Afelbunyol y Pobla de Farnals, en Valencia; Casas Ibáñez, en Albacete; y en Tenerife) y fuera, han ganado en durabilidad y calidad, sometiéndoles a pruebas de calor y granizo en sus laboratorios.

"De acuerdo la entidad certificadora TÜV comparando módulos fotovoltaicos de diferentes fabricantes, nuestros módulos se encuentran entre los 5 mejores del mundo. Esto es una garantía de éxito de cara a garantizar la producción eléctrica de los parques con nuestros productos", destaca Antonio Navarro, y para los que se autoabastecen de materias primas, no teniendo que acudir a productores externos.

Pero si bien son unos de los reyes de las plantas fotovoltaicas, con las que "evitan la emisión a la atmósfera de 5.600 toneladas de dióxido de carbono con cada una" frente a otros procesos energéticos, y la fabricación de placas a distintos niveles, en los últimos tiempos están investigando alrededor de la energía eólica, con generadores de baja potencia.

"Tienen menor impacto visual y acústico, descentralizan la producción energética, nulas pérdidas de transporte… los aerogeneradores de baja potencia van dirigidos a usuarios que quieran convertir el viento en energía para sus negocios u hogares. No obstante, en España todavía no existe una regulación específica para la eólica de baja potencia. Hay que hacer los mismos trámites para una pequeña instalación residencial que para un gran parque fotovoltaico. Simplificar los trámites administrativos para que se generalice por fin el uso de esta energía en el ámbito residencial, como en Alemania o Francia", desvela Navarro, volviendo a apuntar a las fallidas políticas respecto a las renovables en Industria.

El futuro, de las renovables

Son indicaciones y críticas que desde luego no han afectado a Siliken, por lo menos tanto como a otras empresas españolas que no han podido desarrollarse y que muchas, sobre todo las de instalaciones a pequeña escala, han tenido que cerrar a pesar de las previsiones que había sobre las renovables hace unos años.

Su evolución en facturación desde 2005, fecha en la que da el gran salto, se ha ido duplicando año tras año. En 2008 facturaron 380 millones de euros y han continuado con el crecimiento en 2009 y, además, en 2010 va en esa línea.

Antonio Navarro sabe que el futuro es de las renovables, energías limpias, prácticamente inagotables, al igual que todas esas grandes empresas que ya han empezado a invertir en esa energía. Saben que van por buen camino. Y siguen investigando, iluminados por el sol y acompañados por el viento.

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