Juan Rosell: "El empresario no quiere despedir, cada despido es un fracaso"

    • En una nueva entrega llamada 'Emperdedores', Salvados ha analizado el papel del emprendedor en España,
    • El equipo comandado por Jordi Évole comprueba cómo cuesta más crear una empresa en España que en Zambia o Albania
"Salvados", el programa no deportivo más visto de la historia de La Sexta
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lainformacion.com

El viaje de Jordi Évole para descubrir el eterno camino que han de recorrer los atrevidos que deciden emprender y crear su propio negocio comenzó en un vivero de empresas de la Comunidad de Madrid. Un lugar donde jóvenes, y no tanto, se refugian a modo de oficina cuando aún no disponen de los recursos necesarios para poder financiar un lugar propio.

Allí, Alejandro Vesgas, director de la revista 'Emprendedores', comenzó a dibujar el turbio panorama al que han de enfrentarse todos aquellos que pretenden crear su propio negocio. Porque, aunque son las pequeñas y medianas empresas las que más empleo generan en España, son éstas, es decir, aquellas que cuentan con 250 trabajadores, o menos, las que más se ven abocadas al cierre.

Pero antes de contar con un solo trabajador, como aclaraba Alejandro Vesgas, el emprendedor español "tiene que hacer de media unas diez gestiones en unos 28 días". Unos trámites que, al contrario de lo que sucede en el caso de Inglaterra donde, además de poder realizarlos en apenas 24 horas y de forma online, resultan mucho más económicos. "Los trámites cuestan más o menos unos 500 euros", desvelaba Vesgas.

Pero el director de la única revista española destinada a los emprendedores señalaba que esa no era la peor parte. "Lo peor es pagar a los autónomos, que son 254 euros al mes, cerca de 3.000 euros al año, solo por darse de alta e independientemente de los beneficios de las empresas", apuntaba Alejandro Vesgas. "Así como el pago del IVA". Y es que, al margen del capital con que cuente la empresa, este impuesto hay que pagarlo antes de que el cliente pague los servicios que ha recibido.

Una situación que acaba por dar lugar a empresas que, como apuntaba Vesgas, son "técnicamente viables" pero que terminan ahogadas por este tipo de trámites. Este es el caso de Jaime Estévez, empresario y director de Agoranews, que cuenta cómo "se acumularon 12.000 euros de IVA y no tenía liquidez". "Hacienda decretó el embargo de mis cuentas corrientes y le dijo a mis clientes que pagasen directamente a ellos en lugar de a mi cuenta", contaba Estévez, quien finalmente tuvo que recurrir a sus familiares que tuvieron que avalar su casa. Lo más curioso es que, precisamente los morosos, pertenecían a la misma administración que le reclamaba el pago de impuestos de facturas que, como es obvio, aún no había cobrado.

Pero la ley de emprendedores, de la que tanto alardeó en campaña electoral Mariano Rajoy, parece haberse estancado en el ministerio de Hacienda, una instancia que es consciente de que tendría que recaudar menos. Por lo que, "seguimos esperando", afirmaba un joven emprendedor, que albergaba la certeza de que "todos los organismos quieren tener su medalla, pero si todos aunasen fuerzas sería todo mejor". Aunque uno de sus colegas apuntaba en otra dirección y señalaba como problema el hecho de que en España "no se diferencia al emprendedor del empresario".

Para corroborar todas aquellas dificultades que le habían planteado en Madrid, Jordi Évole puso rumbo a Vejer de la Frontera, en la provincia de Cádiz, donde conoció el caso de Ramón Iglesias, un emprendedor que le demostró el inmenso camino burocrático que se ha de recorrer en España.

"Tardé más de un año para dar el primer paso debido a la imprecisión con que los funcionarios me pedían la documentación", aseguraba Ramón Iglesias, que ostenta un negocio que aúna turismo y gastronomía. Según este empresario gaditano, incluso la legislación le permite a los funcionarios requerir aquellos documentos que, en función de los casos, estimen oportuno, completamente al margen de los requerimientos específicos del negocio. Simplemente al libre albedrío. "Lo que sucede es que la legislación es tan compleja que los funcionarios no conocen ni siquiera los procedimientos", comentaba Iglesias.

Una situación que asustaba al entrevistado que veía como estos eternos enredos burocráticos podrían dar lugar a un escenario sumamente perverso. "Este tipo de dificultad induce a la economía sumergida a pequeñas y medianas empresas que no pueden asumir las tasas que reclaman las administraciones", aseguraba Ramón que se llegó a gastar cerca de 40.000 euros a la hora de crear su empresa. Además, a juicio de este empresario, "mucha de la corrupción de los empresarios que están cerca del poder frena la innovación".

Pero no solamente las trabas burocráticas a las que deben enfrentarse. "Nuestra sociedad es una sociedad muy acostumbrada a la dependencia", sostenía Ramón Iglesias, que consideraba que "las normas sociales de nuestro país juegan en contra del emprendimiento".

De vuelta a la Comunidad de Madrid, el equipo de Salvados charló con el periodista de el diario El País, Ramón Muñoz, autor del libro 'España, destino tercer mundo'. La charla se produjo en el entorno de un polígono industrial de la localidad madrileña de Fuenlabrada, donde Jordi comprobó de primera mano cómo han cambiado este tipo de infraestructuras.

Allí, donde el entrevistado comenzó a trabajar en una empresa familiar, las empresas locales han dejado paso a los grandes almacenes de productos chinos. "Se trata de una actividad completamente improductiva", señala Ramón Muñoz, que sustenta sus palabras en el hecho de que en polígonos como en el que se encontraban tan solo se almacenan cosas. "Esas cosas se fabrican a miles de kilómetros de aquí", afirmaba Muñoz.

Y, pese a que "la industria es el pulmón de la economía", como apuntaba este periodista, "apenas el 14% de nuestra economía depende de la industria". Una circunstancia que, de no haber sucedido, habría permitido a la economía española aguantar mejor la situación. "Ahora habríamos aguantado mejor la crisis si no hubiéramos perdido la capacidad industrial", apuntaba Ramón Muñoz.

Sin embargo, el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Juan Rosell, no contemplaba la deslocalización como un factor tan negativo como el que dibujaba Ramón Muñoz. Y es que, aunque Rosell valora como "un desastre" acciones como la de la empresa Roca, que cerró una empresa en España al mismo tiempo que creaba otra en Brasil, defiende este tipo de circunstancias. "Las empresas se deslocalizan para tratar de mantener su negocio", apuntaba Rosell.

En cualquier caso, el presidente de los empresarios españoles no dudaba a la hora de valorar que España es "uno de los países del mundo en los que crear una empresa es una carrera de obstáculos". Un escenario que él achacaba a las esferas inferiores de la administración. Según afirmaba en la charla que mantuvo con Jordi Évole, son los funcionarios que se encuentran en las escalas de los ministerios aquellos que más trabas ponen a las nuevas reformas. Aquello que Rosell denominó la 'tecnoestructura'. "Cuanto más lo puedas enredar, más importante serás tú", argumentaba este empresario en relación a estos funcionarios de menor rango.

A raíz del incremento del paro en España, Évole no dudó en sacar la reforma laboral en la conversación. Una cuestión ante la que no vaciló Juan Rosell. "La reforma laboral ha servido para tratar de modernizar la difícil legislación española", apuntaba el presidente de la CEOE, que ya con anterioridad había atacado a la compleja burocracia española diciendo que "tenemos una legislación muy complicada".

Pero, a su juicio, se están tomando las medidas adecuadas, ya que, como explicaba "en Alemania han hecho cuatro reformas laborales y a la cuarta consiguieron acertar y comenzaron a remontar". Todo ello, para tratar de defender a la gente de su gremio y alegar que "el empresario no quiere despedir, pues cada despido es un fracaso".

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