La increíble historia del chico de reparto que llegó a presidir una aerolínea... y hacerla quebrar en sólo tres meses

  • Antes de convertirse en la mano derecha del propietario de Air Australia, la única experiencia de Damien Vasta era como mensajero en una compañía de transporte urgente y como camarero en el restaurante de su familia en Brisbane, Australia. La quiebra de la compañía aérea ha dejado a 100.000 pasajeros en tierra.
Air Australia anunció el pasado viernes que está en bancarrota
Air Australia anunció el pasado viernes que está en bancarrota
Air Australia
Roberto Arnaz

No siempre las historias de éxito repentino tienen un final feliz, y si no que se lo pregunten a Damien Vasta. En sólo unos meses, este hombre de negocios australiano de 40 años pasó de repartir paquetes con su furgoneta y preparar pizzas a codearse con los grandes ejecutivos del negocio de las aerolíneas comerciales como director operativo de Air Australia, una compañía que bajo su mando tardó únicamente cuatro meses en declararse en quiebra.

Vasta llegó a Air Australia, entonces conocida como Strategic Airlines, en 2009. Desde su puesto como comercial trabó una rápida amistad con el propietario de la compañía, Michael James, con quien le unían varias aficiones comunes, además de contar con una edad similar.

Su relación fue tan cercana que, cuando el 15 de noviembre de 2011, Strategic Airlines relanzó su modelo de negocio y cambió su nombre por el de Air Australia, James cedió a su amigo todo el poder operativo de la compañía, según explica la web de noticias australiana news.com.au.

La nueva compañía, nacida como "un soplo de aire fresco" –según presumía su eslogan–, tardó sólo tres meses en acabar en bancarrota bajo las órdenes de Damien Vasta, cuya única experiencia laboral anterior al cargo de directivo de aerolínea pasaba por ser chico de los recados, repartidor y cocinero-camarero en Elio's Osteria, el restaurante italiano que su familia tenía en Brisbane.

Además, durante un tiempo también se encargó de la dirección de los dos salones de máquinas recreativas que sus familiares tenían en la misma ciudad, y que acabaron en la quiebra. Hoy se encuentran cerrados. ¿Casualidad o mala gestión?

Los 300 empleados de Air Australia lo tienen claro: denuncian que la incompetencia de Vasta y James ha sido el causante de la suspensión de pagos de la compañía que mantiene a sus ocho aviones en tierra desde el pasado viernes, dejando tirados a más de 4.000 turistas durante todo el fin de semana.

Ahora los clientes de la aerolínea, que ya tenía vendidos nada menos que 100.000 pasajes estudian cómo recuperar su dinero y volar a Bali, Honolulu (Hawaii, EEUU) o Phuket (Tailandia), los destinos más populares de Air Australia.

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