Las tres armas que tiene Europa para evitar el descalabro de Italia

  • El mercado no da ni un respiro a Italia: sus bonos están recibiendo un castigo histórico y la tensión política está en boca de todos. Parece que la presión está poniendo a prueba otra vez al euro, pero la UE tiene tres ases en la manga y, con ellos, podría evitar que la cuarta economía europea siga los pasos de Grecia, Irlanda y Portugal.
Ana P. Alarcos

Italia se ha convertido en el enemigo público número uno del mercado. La crisis político-económica que está consumiendo al país ha desatado el último temblor en el Viejo Continente, como ya lo hicieron en su día los problemas de Irlanda y Portugal y, más recientemente, los de Grecia.

Pero ahora el contexto es algo distinto: la economía transalpina y su primer ministro, Silvio Berlusconi, están desatando unas dudas que van más allá de sus homólogas periféricas. ¿El motivo? Es la tercera potencia en la eurozona y la cuarta en Europa. De ahí que economistas y analistas de mercado no se cansan de repetir que "Italia, al igual que España, es demasiado grande para caer".

Por eso, todo apunta a que Europa tendrá que sacar la artillería pesada para evitar la caída italiana. Y, según los expertos consultados por www.lainformacion.com, la Unión Europea tiene tres armas para defender la supervivencia del euro:

1. Giro de 180 grados en la forma de gobernar de Berlusconi

La primera opción europea es presionar al Gobierno de Berlusconi para que plantee unas reformas concretas, profundas y creíbles. "Realmente, el mercado está castigando la falta de medidas en Italia, que no llegan por la crisis política. Hace dos semanas, por ejemplo, el primer ministro prometió poner en marcha un ajuste en las pensiones y, desde entonces, no ha vuelto a plantear el tema. Hay una falta de claridad importante", asegura José Luis Álvarez, profesor de economía de la Universidad de Navarra.

Y es que, como añade Álvarez, "los inversores están asociando la falta de reformas concretas a la debilidad de Berlusconi, cuyos intereses personales parecen estar cada vez más distanciados de los del país que gobierna".

De momento, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional ya han dado un primer paso. Según confirmó la semana pasada un alto cargo de la UE, los dos organismos supervisarán el desarrollo de las reformas italianas y pondrán especial atención en las pensiones, el trabajo y las reformas estructurales. Pero puede que esta baza sea insuficiente.

2. Forzar la dimisión de Berlusconi, igual que ha hecho con Papandreu

La segunda posibilidad que tiene Europa es seguir intimidando al primer ministro, hasta que siga los pasos de su homólogo griego, Yorgos Papandreu. Y es que el primer espada de la política helena ha aceptado abandonar su paso y dejar paso a un gobierno de coalición hasta que se convoquen elecciones generales.

"El mercado está dictando lo que debe pasar y no es otra cosa que la salida de Il Cavaliere. Últimamente hay una máxima que funciona muy bien que dice 'u obedeces, o mueres'. Por eso, en primera instancia, lo más probable es que se marche. Ahora no se está penalizando la deuda italiana (porque está igual que hace unos meses), sino que el mercado está provocando un cambio drástico que pasa por el adiós inminente de Berlusconi", explica Fernando Hernández, director de gestión de Inversis Banco.

Prueba de ello es que, en estos momentos, la presión de los inversores se está centrando en los bonos transalpinos. Ayer, sin ir más lejos, la prima de riesgo del país (que mide la distancia que hay entre los bonos italianos a diez años y los alemanes a ese plazo, considerados los más seguros de Europa) marcó un nuevo máximo histórico de 485 puntos básicos.

Además, la rentabilidad de los bonos alcanzó el 6,6%, muy cerca del 7%, el nivel que derivó en rescate cuando Grecia, Irlanda y Portugal lo sobrepasaron. Por eso, en la jerga del mercado se le conoce como "punto de no retorno".

A pesar de que este repunte parece preocupante, los expertos aseguran que no tiene por qué derivar automáticamente en un rescate. "Es cierto que estamos viviendo momentos críticos en el mercado de deuda, pero el euro está tranquilo. Si el mercado creyera que Italia necesita ayuda, la moneda comunitaria hubiera caído por debajo de 1,35 dólares y aguanta por encima de 1,38", puntualiza Miguel Paz, director de inversiones de Unicorp Patrimonio.

Esto apoya la teoría de que ahora está pesando más en Italia la incertidumbre política que la económica. "La debilidad del primer ministro es innegable. Va saliendo al paso de forma tortuosa de todos los obstáculos que aparecen, pero ya hay falta de cohesión dentro del Ejecutivo. Todo ello le está pasando factura y, por eso, un adelantamiento de las elecciones reduciría la incertidumbre", opina José Ramón Pin Arboledas, profesor de IESE Business School.

3. Dejar vía libre al BCE para que compre deuda pública

Suma y sigue, porque las alternativas de Europa no acaban aquí. Aún tiene un tercer as en la manga que podría ayudar a contener la incertidumbre y la fuerte escalada del riesgo país italiano, y evitar que el interés de su deuda a diez años alcance esa barrera psicológica del 7%.

Esta arma no es otra que la compra activa de deuda pública por parte del Banco Central Europeo (BCE). Y hay razones para pensar que será así, ya que el nuevo presidente del organismo (que lleva en el cargo desde el pasado día 1) es el italiano Mario Draghi.

Esto significa, según Pin Arboleda, que "el eje francoalemán (muy escéptico con la compra de bonos) no está tan metido en su pensamiento, y es normal que sea más sensible a los problemas de la periferia que su antecesor, el francés Jean-Claude Trichet".

Prueba de ello es que ayer la institución anunció que había aumentado un 138% la adquisición de deuda en sólo una semana, hasta alcanzar los 9.520 millones. Lo que se traduce en la inversión más elevada en los últimos dos meses.

Con todo, habrá que esperar para saber si Europa deberá sacar todo su armamento o si, como ha ocurrido en Grecia, los intereses del país se imponen a los de la clase política. De momento, Berlusconi ya ha perdido la mayoría absoluta en el Parlamento.

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