El 10 de octubre de 2012 la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's decidió bajar dos escalones el rating de la deuda soberana española hasta situarla en BBB-, lo que en su escala supone la antesala de la consideración de unos títulos de deuda como bono basura.
Con esa decisión, S&P se alineaba con lo que ya habían hecho las otras dos agencias de referencia, Fitch y Moody's, que mantenían bajo vigilancia a España desde el verano a la espera de que la evolución de los acontecimientos en la crisis europea les llevara a degradar definitivamente la deuda española a la consideración de bono basura o no.
Seis días después del palo de Standard & Poor's, la agencia Moody's, que había retrasado hasta en dos ocasiones su revisión de la calificación de España, causando con ello un estado de nervios considerable en el área económica del Gobierno, decidía mantener la calificación de la deuda soberana patria.
Está a punto de cumplirse un año de esa dramática semana de octubre que pudo haber dado con los huesos de los títulos de deuda española en el fango del bono basura y las cosas hoy no podrían ser más diferentes.
El bono español a diez años se mueve con holgura por debajo de esa frontera del 5% que los analistas sitúan como la barrera a partir de la cual la sostenibilidad de la deuda podría hacerse insostenible, y la prima de riesgo, ha caído desde los 430 puntos en que se situaba entonces al entorno de los 250. Otro mundo.
Tanto es así que las dudas sobre la situación de España que las agencias de calificación siguen dejando caer con regularidad ya no tienen el impacto de antaño sobre la consideración de los títulos de deuda en los mercados.
Así lo ha constatado el Real Instituto Elcano, que desde el pasado mes de enero realiza un seguimiento trimestral del modo en que las noticias procedentes de las agencias afectan a la prima de riesgo en el marco de las labores de monitorización que hace para la Marca España.
Mientras el informe referente al primer trimestre de 2013 constataba el impacto inmediato que las noticias negativas procedentes de las agencias de calificación tenían sobre la rentabilidad que se pedía por los títulos de deuda española en los mercados secundarios de deuda, y, por extensión, sobre la primera de riesgo, en el segundo la cosa cambiaba.
Los investigadores del Real Instituto Elcano detectaban un cierto desacoplamiento entre el comportamiento de los inversores hacia la deuda española y las noticias procedentes de los informes de S&P, Moody's o Fitch.
Es decir, que las puyas de las agencias de rating cada vez hacen menos daño a España. Un fenómeno que se ha producido en paralelo a la progresiva estabilización de la rentabilidad de los títulos españoles en el mercado.
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