La semana pasada, el Tesoro español se vio obligado a subir el tipo de las letras a tres meses hasta el 0,549% -el triple que en Alemania- y el de las letras a seis meses hasta el 0,76% para conseguir financiación por valor de 2.640 millones de euros frente a los 3.000 de la subasta anterior. Es decir, que para comprar los títulos los inversores exigieron un 64% y un 55% más de rentabilidad, respectivamente, respecto a la subasta anterior de marzo.
Sin embargo, las cifras no son tan concluyentes si se comparan con las de las última subastas del año pasado. En este caso, la subida del tipo de interés marginal de las letras a tres y seis meses es del 30,7% y del 43,9% respectivamente, mientras que el de las letras a un año incluso es más bajo, del 0,904% respecto a 0,953% de la última subasta del 2009. Es decir, un 5,14% menos. En la subasta celebrada en el último tercio de abril, se colocaron sin dificultad 4.715 millones en títulos a un año.
“Se paga más porque el riesgo es más alto y porque son más elevadas las necesidades de financiación. Por lo tanto, en las próximas subastas será más delicado colocar, pero cuesta pensar que de aquí a las próximas dos semanas se produzcan acontecimientos que provoquen una nueva vuelta de tuerca”, asegura Pablo García, de Oddo Securities.
El próximo 18 de mayo se celebra una nueva subasta de letras a 12 y 18 meses, mientras que una semana más tarde será el turno de las letras a tres y seis meses. Si no hay sorpresas, el escenario habrá cambiado de forma sustancial a corto plazo por la aprobación del plan de ayuda a Grecia y la consiguiente rebaja de las tensiones en los tipos de la deuda a largo plazo debería.
No tan dramático
En cualquier caso, las rentabilidades más altas que ha tenido que ofrecer el Tesoro no han roto las expectativas de captación de recursos, aunque la demanda se ha situado por debajo de la registrada en las subastas de marzo tanto a tres como a seis meses. En cualquier caso, el Tesoro ha cubierto con holgura su objetivo de adjudicar entre 2.000 y 3.000 millones de euros.
“Son cifras muy razonables teniendo en cuenta que la subasta se produjo es un escenario de máxima incertidumbre”, aseguran desde la mesa de un banco extranjero que prefiere no ser citado. “”De todos modos –añaden- las tensiones van a continuar. La guerra de los depósitos a la que estamos asistiendo, con rentabilidades del 4% a un año, no es baladí. Pero de ahí a que el Tesoro pueda tener problemas de financiación, hay un trecho”.
Las necesidades de financiación del Estado para hacer frente al impacto de la crisis son crecientes. Según la memoria del mercado de deuda pública del año pasado, las emisiones netas alcanzaron los 116.811 millones de euros, un 125% más. Como hasta ahora en 2010, España no tuvo problemas en colocar sus emisiones.
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