El Gobierno se va a dar cuatro años, hasta 2016, para realizar un ajuste que en principio tenía que realizar en los próximos dos años. El alivio es significativo.
La nueva senda de consolidación fiscal de España prevé que este año el déficit público sea del 6,3% del PIB.
Esto significa siete décimas menos del déficit oficial de este año (7%), un ajuste infinitamente más sencillo que los 2,5 puntos que le exigía la actual hoja de ruta que le imponía Bruselas.
Si hablamos de euros, las administraciones públicas españolas únicamente deberán reducir en poco más de 7.000 millones de euros el desequilibrio negativo de sus presupuestos, cuando hasta hoy la obligación era reducirlo en más de 25.000 millones de euros.
El alivio es de 18.000 millones de euros. Para hacernos una idea, prácticamente la mitad del gasto que está previsto que realicen los ministerios este año.
Además, el Ejecutivo espera que el déficit público no baje del 3% hasta 2016.
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