Presupuestos 2013: congelación salarial, más impuestos y...¿recortes en pensiones?

    • El Gobierno tiene el reto de elaborar por fin unos Presupuestos que acaben cumpliéndose
    • Por primera vez, las cuentas estarán fiscalizadas al detalle por los hombres de negro
B.P.V.

Por segunda vez este año el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, enfilará esta mañana la reunión del Consejo de Ministros con sus apuntes sobre las líneas generales de los Presupuestos del Estado debajo del brazo.

Hace unos años, la elaboración de los Presupuestos era lo más parecido a una guerra que un Gobierno podía vivir a nivel interno, con sus escaramuzas por la dotación de tal o cual partida, su guerra de propaganda para ganar la batalla mediáitca respecto a la necesidad de desarrollar un determinado programa de gasto e incluso con sus contactos diplomáticos bajo cuerda para convencer al que más poder tiene, el presidente, de que una iniciativa puede ser una gran baza electoral.

El imperativo de la austeridad presupuestaria ha pacificado estas batallas intestinas. El margen es mínimo y, además, el juego ha pasado a otro nivel, con los hombres de negro de la Comisión Europea y el FMI fiscalizando todas y cada una de las partidas presupuestarias.

Ese nuevo marco constituye la gran certeza de los Presupuestos de 2013. España tiene la obligación insoslayable de cerrar el año 2013 con un déficit del 4,5% (también, el difícil reto de cerrar este año con un desequilibrio de sólo el 6,3% del PIB) y, para conseguirlo, el Estado debe reducir el desequilibrio de sus cuentas. Todo lo que viene ahora deriva de esto.

Lo que sabemos

Ni las cuentas del Estado, ni las de la Seguridad Social, ni las de las comunidades autónomas, permiten pensar al Gobierno que cumplir el objetivo de déficit de este año va a ser sencillo. Por ello, es más que posible que, además de las líneas generales de los Presupuestos para 2013, el Gobierno presente mañana algunas medidas adicionales de reducción del gasto para este año.

Sean cuales sean éstas, de cara a 2013 el Ejecutivo ya ha deslizado que hará un esfuerzo de austeridad incluso superior al de 2012.

Sabemos, por ejemplo, que el Gobierno volverá a congelar el sueldo de los empleados públicos y la oferta de empleo público, según comunicó ayer a los sindicatos de función pública, a la busca de contener la subida constante de los gastos de personal. Por el contrario, en principio no les restará la paga de Navidad de 2013, que los funcionarios no cobrarán este año.

También sabemos que introducirá nuevos ajustes fiscales en los principales impuestos, IRPF, IVA y Sociedades, con el objetivo de mejorar la recaudación, bastante decaída en los últimos meses.

Desde Hacienda avisan de que las grandes reformas en este campo ya se han aprobado (subida del IVA y subida del IRPF) y que no habrá ninguna medida de tanta intensidad. Pero los Presupuestos de 2013 sí aprobarán nuevos ajustes en los principales impuestos y eliminarán alguna de las desgravaciones ahora existentes, lo que se traducirá en mayor recaudación y, sin duda alguna, en la elevación de la factura fiscal para determinados colectivos.

Otro de los perfiles del proyecto presupuestario que ya se conocen es el fuerte recorte del gasto ministerial, que caerá otro 12% tras cuatro presupuestos seguidos ajustándose. Los ministerios apenas dispondrán de 31.000 millones para sus programas de gasto, cuando hace apenas cuatro años ese dotación era el doble.

Un año más, el ministerio más afectado será el de Fomento, el principal departamento inversor del Estado, que según reveló ayer la propia ministra, Ana Pastor, dispondrá de un 22% menos de recursos que el año anterior.

Lo que no sabemos

La gran incógnita del proyecto presupuestario del Gobierno es: ¿qué ocurrirá con las pensiones?

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha mantenido sin fisuras su discurso de que las pensiones será la última partida que toque en sus planes de ajuste, pero los titubeos de su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, a la hora de confirmar si en 2013 las pensiones volverán a revalorizarse si el IPC se desvía de las previsiones han desatado todo tipo de especulaciones.

Los expertos están convencidos de que tarde o temprano el Gobierno deberá tocar las pensiones para mantener a raya las pensiones públicas.

Y las cifras les dan la razón. La Seguridad Social ya ha tenido que recurrir este año a los remanentes de las Mutuas de Accidentes de Trabajo para poder pagar las pensiones, la desviación del IPC anuncia este año un sobrecoste de 3.000 millones de euros para el presupuesto público y la propia evolución del gasto en pensiones contributivas está creciendo un 60% más de lo previsto.

El resto de las incógnitas, que no son pocas, vienen del contexto económico y financiero.

El Gobierno afronta el reto de elaborar por fin un presupuesto que tenga algo que ver con la realidad, algo que no ha ocurrido desde que se iniciara la crisis económica.

Las incertidumbres sobre el crecimiento económico, que han sido revisadas a la baja por el FMI, la Comisión Europea y el Banco Mundial desde que el Gobierno aprobara las previsiones que sostienen estos presupuestos, y sobre si España recurrirá o no finalmente al salvavidas financiero que le ofrece el Banco Central Europeo hacen de las cuentas públicas para 2013 una moneda al aire incluso antes de conocerse.

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