Repsol sacará a bolsa su filial brasileña a finales de este año

Está llamada una de las principales colocaciones llevadas a bolsa por una empresa española este año. La salida a bolsa de la filial brasileña de Repsol YPF todavía está en fase embrionaria, pero el objetivo de la empresa presidida por Antonio Brufau es tener todo listo para sacarla el mercado a finales de este año. Y ya se ha puesto a manos a la obra para cumplir este calendario.

Por el momento, la petrolera ya está pidiendo opinión a distintos bancos de inversión, para realizar la valoración de la filial, estudiar a qué precio el mercado estaría dispuesto a comprar acciones del grupo y decidir el porcentaje del capital que se colocará en el mercado.

Con todas estas cartas sobre la mesa, el siguiente paso será testar al mercado con la colocación que prevé llevar a cabo la petrolera brasileña Petrobas a finales de julio y cuyo importe se está cifra en 25.000 millones de dólares. "A partir de ese momento, y si las circunstancias acompañan, el objetivo de la compañía es realizar la salida a bolsa, mediante una ampliación de capital, este mismo año", ha declarado Antonio Brufau a lainformacion.com.

Durante la presentación a analistas que realizó ayer la petrolera, con motivo de los resultados del primer trimestre, la compañía adelantó que podría colocarse en el mercado hasta el 40% del capital, lo que diluiría la participación de Repsol YPF al 60%, porcentaje más que suficiente para seguir controlando la filial.

Todo el importe que se consiga con esta operación irá destinado, íntegramente, a financiar los proyectos de la compañía en el país carioca hasta 2014, periodo durante el cual prevé invertir entre 4.000 y 5.000 millones en Brasil.

Cambio estratégico

Además, la compañía prevé cerrar en los próximos meses la anunciada venta de otro 20% de su filial Argentina YPF. En el pasado, este paquete se ha valorado entre 1.500 y 1.800 millones de euros, pero Brufau descarta adelantar ninguna cifra sobre el importe en que podría llevarse a cabo la operación.

La única cifra relativa a desinversiones oficial son los 4.500 millones que prevé obtener por esta vía el grupo hasta 2014 y se enmarca dentro del nuevo plan estratégico de Repsol, que la compañía prefiere definir como actualización del anterior, y que ha conseguido limar las asperezas entre la dirección y los dos accionistas de referencia: La Caixa y Sacyr.

La constructora, dueña del 20% de Repsol, llevaba muchos meses pidiendo un cambio del plan estratégico en dos direcciones: reducir las inversiones y llevar a cabo desinversiones que permitieran recapitalizar la empresa.

Al final se ha conseguido una solución intermedia, al haber dilatado en el tiempo las inversiones estratégicas de la petrolera, que se cifrarán en 28.500 millones durante los próximos cuatro años, y haber dado luz verde a algunas ventas que permitirán importantes inyecciones de capital, como la salida a bolsa de la filial brasileña.

Este plan, unido a la mejora de los resultados de la petrolera (en el primer trimestre ha incrementado un 30% su beneficio) permite al grupo recuperar la política de crecimiento del dividendo que le ha caracterizado en el pasado y que se rompió el pasado mes de diciembre, cuando aplicó un recorte del 18%, debido a que el beneficio de la empresa en 2009 había quedado cercenado a la mitad.

Ahora, con las aguas tranquilas, puede confiarse en incrementos anuales de la retribución al accionista del 10%, gracias a los 11.000 millones que Repsol prevé conseguir en este periodo para dividendos, participaciones minoritarias y deuda. Así se satisface a todas las partes. Porque, como ha dicho Brufau, "el reto es muy grande y todos debemos estar unidos".