La caída del petróleo y las sanciones, los únicos enemigos electorales de Putin

  • Las elecciones legislativas se presentan en un escenario económico adverso, en el que el partido Rusia Unida ganará, pero podría lograr un mínimo histórico, según las encuestas.

    Las caídas del valor del crudo en los últimos años han debilitado su economía, ya que eran la principal fuente de ingresos: en 2014 suponían el 53% de las ganancias; en 2016 el 36%.

Vladimir Putin
Vladimir Putin
Luis Díaz

Este domingo los más de 146 millones de rusos decidirán quién ocupa los 450 escaños de la Duma Estatal en unas elecciones legislativas en las que se espera que Rusia Unida no logre la mayoría constitucional -300 de los 450-. 

El apoyo a Rusia Unida ronda el mínimo histórico del 41%, según algunas encuestas. Motivo por lo que estas elecciones se adelantaron de diciembre a septiembre, cayendo la intención de voto al 46%, lo que beneficia la baja participación y, por lo tanto, a Rusia Unida. Desazón democrática a la que hay que sumar la opinión de la mitad de los encuestados, que esperan que haya fraude en las elecciones.

Con la intención de dar legitimidad a estas elecciones Putin ha pedido transparencia, ya que no quiere que se repitan las protestas contra el Gobierno que se produjeron en 2012. Pase lo que pase, la mayor preocupación para los rusos sigue siendo el mal estado de su economía. Incluso el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, líder del partido del Kremlin y delfín de Putin, admitió que "la situación [económica] es complicada y, por el momento, inestable".El petróleo lastra a Rusia

El país que preside Putin se encuentra en una grave crisis económica -en recesión y dañada por una crisis monetaria debido a la fuerte inflación-, desde 2014, siendo el desplome de su PIB en 2015 de un 3,7% y se espera que este año se mantenga en negativo, pero que se suavice hasta un 0,5% o un 0,7%. Durante la primera década del siglo XXI Rusia creció entre el 10% y el 5%, hasta el desplome del 7,8% en 2009, en plena crisis económica.

Para encontrar las causas de esta recesión hay que fijarse en los precios del petróleo y del gas. Las caídas del valor del crudo en los últimos años han debilitado su economía, ya que eran la principal fuente de ingresos. En 2014 suponían el 53% de sus ganancias; en 2016 el 36%. Además, hay que tener en cuenta que actualmente vende más petróleo que antes, pero está ingresando menos.

La crisis desatada, marcada por una fuerte inflación, golpeó duramente el poder adquisitivo de los rusos -esta depreciación del rublo daña el poder adquisitivo de la clase media, que es la que mantenía el consumo- y en particular el de los jubilados y funcionarios a quienes Putin había prometido aumentar el nivel de vida. Pero no ha podido cumplir su promesa.

Las pensiones rusas están fijadas al aumento de la inflación, para asegurar que no se pierde poder adquisitivo. En 2014 el aumento del IPC fue del 11,4% y en 2015 del 12,9%, insostenible aumentar las pensiones a ese ritmo. Así, las pensiones el año pasado subieron un 4% solo para los que se jubilaron este año.

Para compensar a los jubilados a los que no se puede aumentar las pensiones el Gobierno prometió en campaña una ayuda a los jubilados: 5.000 rublos, lo que equivale a algo menos de 70 euros. Llama la atención que un 23% de los rusos asegurasen estar dispuestos a vender su voto por esos míseros beneficios.Crimea, las sanciones y amigos totalitarios

Tampoco ayuda a reflotar la economía rusa las sanciones económicas impuestas por las potencias occidentales tras la crisis ucraniana, fijadas hasta el 31 de julio de 2017. La intervención militar en el este de Ucrania y la anexión de Crimea se prohíbe a Rusia desde importar tecnología hasta acceder a créditos internacionales. Aunque, como ya se ha dicho, la caída del precio del petróleo es el factor que más a dañado su economía.

Puede que sean las sanciones impuestas por Bruselas las que han llevado a Putin a buscar nuevos aliados, más proclives a su doctrina totalitaria. A pesar de las tiranteces iniciales existentes con Turquía -debido a la guerra de Siria-, que Erdogan realizase un viraje totalitario tras el fallido golpe de Estado facilitó la amistad entre ambos líderes. Ya tenían mucho en común: el control de los medios, la persecución de las minorías, la búsqueda de la grandeza pasada y el odio hacia Estados Unidos.

Aunque hay un candidato a la Casa Blanca que parece apreciar al mandamás ruso. Donald Trump podría ser el artífice de la mejora en las relaciones bilaterales entre Rusia y Estados Unidos. Y es que el magnate republicano llegó a asegurar que Putin ha sido mejor líder que Barack Obama. 

Se espera que esta misma semana el Gobierno apruebe los presupuestos y que sea la próxima Duma la que los apruebe. Puede haber recortes en Defensa para 2017, como ya se hizo en 2016 (un 10%), ya que no quiere dañarse más la situación de los ciudadanos. Y ante esta crisis económica, desde hace tiempo se rumorea que Putin podría adelantar las elecciones presidenciales de 2018 a 2017.

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