Más de la mitad de los jóvenes españoles cree que tendrá que irse al extranjero a trabajar

  • Un 74% considera bastante o muy probable tener que trabajar de lo que sea y un 67% tener que depender económicamente de su familia en los próximos dos años.

    La mayoría responsabilizan a las administraciones y a las empresas ya que consideran que no hacen nada para fomentar el empleo juvenil.

Más de la mitad de los jóvenes españoles cree que tendrá que emigrar por trabajo en los próximos dos años
Más de la mitad de los jóvenes españoles cree que tendrá que emigrar por trabajo en los próximos dos años
A. Domingo

Las expectativas para España son que se recupere el empleo en los próximos años pero los jóvenes creen que a ellos no les va  afectar y siguen viendo su futuro muy negro al menos a dos años vista. Esta es una de las conclusiones del estudio "Jóvenes y empleo “Jóvenes y empleo, una mirada desde el Derecho, la Sociología y la Economía”presentado hoy por El Centro Reina Sofía sobre adolescencia y juventud. 

De hecho, el 35% de los jóvenes encuestados para realizar el estudio considera bastante o muy probable tener que emigrar por motivos laborales. Un 23% lo considera algo probable, y un 38% lo considera poco o nada probable. Es decir, aunque las repuestas están bastante repartidas, en general, hay más jóvenes que consideran que hay probabilidades de tener que emigrar.

Sin embargo, pese a identificar esa posibilidad, sólo el 4% considera la emigración como primera opción en la búsqueda de empleo, mientras un 24% lo observa como alternativa en caso de encontrar una buena oportunidad, y un 32% como una alternativa en caso de necesidad.

Para uno de cada cuatro jóvenes supone el último recurso, y un destacado 12% no se plantea esta cuestión. En definitiva, la emigración no se ve como una opción deseada, sino como fruto de la necesidad.

Los jóvenes son, sin duda, uno de los colectivos que de forma más directa han sufrido y sufren los efectos de la crisis económica. Los jóvenes (entre los 20 y 29 años) soportan una tasa de paro del 35,7%, además de precariedad y bajas remuneraciones.

Una situación que dura años y que ha provocado que casi la mitad (45%) crean que tendrán menos oportunidades laborales que sus padres. El conjunto de los datos refleja una visión negativa de su futuro laboral:

Un 74% considera bastante o muy probable tener que trabajar de lo que sea,un 67% tener que depender económicamente de su familia ymás de la mitad cree que deberá marcharse al extranjero para trabajar en los próximos dos años.

Aunque mayoritariamente se muestran dispuestos a esforzarse en conseguir escapar de un destino generacional bastante negativo mediante la formación, existe un grupo importante que parece haber asumido un horizonte desesperanzador para ellos: esperan poco del futuro, creen escasamente en sus posibilidades y aceptan resignados una perspectiva donde la inclusión laboral es de mera supervivencia.

Quizás la conclusión más importante debe referirse a que, más allá de lo ya conocido de que la crisis ha afectado especialmente a los más vulnerables, el impacto negativo no sólo ha quebrado el presente sino que ha condicionado la base de las expectativas, la autoconfianza y los recursos de esos jóvenes más

vulnerables. Dicho de otra manera: las personas menos preparadas, las clases sociales con menos recursos, han sufrido una merma coyuntural en su calidad de vida y, sobre todo, más allá de eso, un cercenamiento en sus expectativas, que los condenan a la resignación, a la renuncia a superar la crisis, a una vida low cost.Utilidad de los estudios

Los jóvenes españoles siguen confiando de manera abrumadora en su formación como la mejor vía para encontrar trabajo: casi 3 de cada 4 entrevistados los consideran una herramienta útil de cara a su inserción laboral, siendo mayoría (54%) los que sostienen la versión más positiva. Son muchos menos en proporción los que declaran una confianza baja en el valor de los estudios como instrumento para encontrar empleo (14,4%) y, una parte muy poco significativa (6,5%), afirma que no servirán directamente para nada.

En cuanto a la formación que tienen, la valoración que hacen los jóvenes es:

El 61,7% cree que su formación es adecuada para las necesidades laborales,Un 32% piensa que es escasa Apenas el 3%, reconoce una sobrecualificación. 

En cuanto al tipo de formación que consideran más útil, casi un 76% piensa que los estudios obligatorios no son útiles, por sí solos, para encontrar trabajo. La suma de quienes creen que los estudios universitarios son útiles para sumarse al mundo laboral supera por poco el 62%. Los que piensan que solo es “regular” representan el 27,6%. Porcentajes muy minoritarios para los que piensan que “poco” o “nada”.

En cuanto a la razón más frecuente en la elección de estudios universitarios se refiere a la vocación (casi el 82%). A mucha distancia se sitúa una atribución utilitarista, para encontrar trabajo (38%); y en tercera posición, pero con mucho menor apoyo, la influencia de los progenitores (18,6%). El resto de motivaciones son prácticamente residuales.

 

Por el contrario, entre quienes estudian o han estudiado FP, el 76,6% piensa que son estudios “muy” o “bastante” idóneos para preparar para el mundo laboral. Es el porcentaje más alto de reconocimiento de utilidad de unos estudios en la preparación para el trabajo, en la opinión de quienes cursan esos estudios.

Políticas de formación y promoción de empleo

Una buena parte de los jóvenes opina que las diferentes administraciones no “hacen nada” o “hacen, pero poco” (porcentajes que superan el 50% de entrevistados) para ayudar a encontrar empleo. Si sumamos a los que declaran que las medidas son “insuficientes”, en torno al 80% de jóvenes critican con mayor o menor dureza su papel.

Esta visión negativa se acentúa en los jóvenes de mayor edad, en los que sólo alcanzaron el nivel obligatorio de enseñanza, en los que sólo trabajan, en los de clase baja y media baja, y en lo que están en paro.

Además, la investigación ha detectado un claro déficit informativo sobre ayudas y programas públicos de formación para el empleo de este tipo de programas entre los jóvenes:

53% dicen que la información es escasa23,8% declaran tener abundante o suficiente información de los programas públicos.21,4% afirma que no existe información. 

En cuanto a la visión de las empresas, los jóvenes perciben que buscan trabajadores con “conocimientos y formación” (39.6%), “iniciativa” (38.8%) y la “capacidad de trabajo en equipo” (32%). A relativa poca distancia, señalan un paquete de características: “que acepten las condiciones laborales, sean las que sean” (29.3%), “capacidad de adaptación” (26.8%) y la de “aprendizaje” (25.6%), “entusiasmo” (21,2%) y la “obediencia” (20,1%).

Una visión que pone por encima la proactividad, la responsabilidad y la iniciativa de las personas trabajadoras pero matizada por otra, casi igualmente potente, que muestra la convicción por parte de los jóvenes de que las empresas demandan sobre todo sujetos adaptables y pasivos. Lo que reclaman a la Administración son ayudas para encontrar empleo (49,5%) e incentivos a empresas para contratación juvenil (30,5%).Expectativas ante el empleo

La difícil situación no parece haber mermado las exigencias de los jóvenes frente al trabajo, al menos en el plano ideal. La opción más deseada (44%) pasa por la expectativa de las mejores condiciones posibles (adecuación al perfil personal, buena remuneración, en el lugar de residencia). A considerable distancia aparecen minorías que renuncian a una u otra exigencia (en proporciones más o menos idénticas), o que incluso no piden más que tener un trabajo (11,1%), sin exigencia alguna

Como en muchos otros aspectos, las visiones más negativas y desesperanzadas son mostradas por aquellos jóvenes con menor nivel de estudios y clase social. No obstante estas expectativas ideales, conscientes del momento, lo que más valoran y buscan, es la estabilidad (72,1%), muy por encima de los ingresos, la proyección o la conciliación. 

En cuanto a las condiciones laborales en España:

49% considera que las condiciones del empleo en España seguirán igual,32% que considera que mejorarán 13% que afirma que empeorarán.

Teniendo en cuenta la difícil situación del mercado laboral en nuestro país, las expectativas no son muy halagüeñas. Lo que se cree que tendrá un mayor nivel de dificultad será encontrar o mantener un trabajo que les guste (66% lo ve así) y formar un hogar o familia (63%). 

Las demás opciones también se perciben como difíciles y son mayoría quienes piensan que les será muy difícil conseguir autonomía en cualquier aspecto.

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