Un 10% de las víctimas atendidas por 'ciberbullying' pensó en huir o suicidarse

E. Morales / E. P.

Uno de cada cuatro casos de acoso escolar (el 23%) se comete a través de las nuevas tecnologías, siendo el móvil la herramienta más utilizada por los hostigadores, según el estudio Estudio sobre ciberbullying según los afectados de la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR.

La frecuencia aumenta con la edad, de forma que a partir de los 13 años, el 36,5% de los casos de bullying, es decir, más de uno de cada tres, son por ciberacoso. El universo de la muestra lo integran niños y

adolescentes que han sufrido acoso escolar y que han llamado al Teléfono ANAR entre 2013 y 2015.

De forma aleatoria, se han cogido 550 casos de los 1.363 atendidos, de los que 127 son de ciberbullying.

"Esta gran base de datos nos ha permitido estudiar el problema desde dentro, desde el punto de vista de aquellos que lo sufren. Desde hace 22 años el Teléfono ANAR atiende las llamadas de niños y adolescentes sobre cualquier tipo de maltrato y acoso escolar. El número de llamadas atendidas en los tres últimos años nos da una idea de la gravedad del problema, que sigue en ascenso", señala el director de Programas de la Fundación ANAR, Benjamín Ballesteros.

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La edad media de inicio del ciberacoso es de 13,6 años, una superior a la del acoso escolar en general (11,6 años), que puede estar relacionada con el momento de acceso de los más jóvenes a las tecnologías, sobre todo a los teléfonos móviles.

La agresión más habitual suele ser el insulto (81%), aunque también hay amenazas en el 37% de casos y, en menor medida, difusión de rumores (11%).

Afecta más a las chicas

En los casos estudiados de ciberbullying se constata una presencia de mujeres muy superior a la de varones (70,2% frente a 29,8%), es decir, por cada varón que sufre este tipo de acoso, existen 2,4 mujeres en estas mismas circunstancias.

Además, la mayoría de las víctimas de son de nacionalidad española y proceden de familias convencionales (padre, madre y hermanos) y sin problemas económicos en el 86% de los casos.

El teléfono móvil es la herramienta más habitual para acosar telemáticamente y, dentro de este medio, WhatsApp es la aplicación más utilizada, concretamente, en el 81% de los casos. El acoso a través de redes sociales lo padece una tercera parte, el 36,2%.

En cuanto a la frecuencia con la que se produce el ciberbullying, el hostigamiento es diario para un 71,8% de las víctimas, algo que puede explicarse, según los autores, "por el fácil acceso a las tecnologías y las posibilidades que proporcionan".

Este estudio señala también que tal y como ocurre con el acoso escolar presencial, los ataques suelen prolongarse en el tiempo y un 38,1% de los casos analizados llevaba más de un año con esta situación y otro 40,7% entre un mes y un año.

Casos de 'alta gravedad'

De todos los casos analizados, los autores del informe detectan un 30,6% de "alta gravedad" porque al acoso online se suman acciones físicas y agresiones como golpes y patadas y se prolonga más allá de un año, su frecuencia es diaria y, con el tiempo, se ha ido incrementando y haciendo más violento.

Los acosadores pertenecen en la gran mayoría de las ocasiones al mismo centro escolar de la víctima y actúan en grupo de entre dos y cinco personas, del mismo sexo que la víctima en la mayor parte de los casos estudiados. Los acosadores suelen ser adolescentes (87% de las veces) y les mueve "la agresividad o la venganza", según los expertos.

En cuanto a la petición de ayuda por parte de las víctimas, en informe revela que sólo lo hacen cuando el ciberacoso se prolonga en el tiempo, incluso más allá de un curso escolar. Los padres suelen ser las personas a los que los adolescentes confían su problema con mayor frecuencia (81,3%).

Motivos del acoso

Asimismo, apuntan que el principal motivo de hostigamiento se debe a las características físicas del joven y por eso recomiendan tratamiento psicológico para aprender habilidades sociales y para fortalecer el autoestima.

Además de las secuelas psicológicas en los menores acosados cuando el hostigamiento se prolonga en el tiempo, también hay una bajada del rendimiento escolar como consecuencia de la falta de motivación. "Comenzó a bajar en las notas, e incluso comenzó a caérsele el pelo, hacerse pis en la cama y tener dermatitis", cuenta la madre de una víctima de ciberbullying.

Ansiedad, tristeza, miedo, aislamiento social, soledad y baja autoestima son las principales secuelas psicológicas detectadas en más del 90% de los casos estudiados. También el entorno de la víctima se ve afectado, presentando con gran frecuencia problemas similares a las víctimas.

Los intentos de terminar con su propia vida o huir para acabar con el acoso son conductas que se han detectado en el 10% de las víctimas de ciberbullying atendidas, que llevan a que varias se expresen en estos términos: "Seguro que si desaparezco sería un alivio para todos".

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