Cinco dramáticos testimonios de mujeres maltratadas que han escapado a la muerte

    • 48 mujeres han muerto en lo que va de año a manos de sus parejas.
    • Aguantar por los hijos, intentar encubrirlo por vergüenza, no creerse nadie... son algunos de los pensamientos que pasan por la cabeza de todas las mujeres que cada día no son conscientes que pueden y deben vivir.
El 016 contra el maltrato
El 016 contra el maltrato

En el día internacional para combatir la violencia contra la mujer recuperamos cinco testimonios con los que el Ministeriode Sanidad y Asuntos Socialesquiere demostrar que se puede salir.Ana salió corriendo al escuchar "Chiquita, lo nuestro es amor o muerte""El maltratador te aisla, te elimina como persona. Te menosprecia tanto... Siempre te hace sentir culpable de lo que pasa. Yo era la que le tenía que pedir perdón cuando me pegaba porque decía que me portaba mal y tenía que pegar. Los hijos lo sienten y viven en ese ambiente de violencia y después lo transmiten. Por eso es importante no aguantar por los hijos, sino al revés. Primero hay que hacerlo por una misma y después para que los hijos vivan en un ambiente de armonía e igualdad. El me dijo más de una vez que nunca me separaría de él. Me llamó chiquita y aseguró que lo nuestro es amor o muerte. Salí corriendo de su lado llorando y el destino quiso que yo viera un cartel que decía 'Rompamos el silencio' y al lado un teléfono. Esa noche de madrugada llamé y tuve la fuerza de salir de mi casa con mis hijos y empezar una nueva vida".Antonia: "Cuando aparece el primer signo siempre va a más""La violencia siempre va a más. Después del primer grito llega la frase que sentencia cada conversación: eres una tonta. Al principio me pedía disculpas y dos meses después volvía a acumular tensión y volvía a gritar y a golpear la pared. Y yo me volvía a quedar callada por el pánico. No tenía trabajo, no podía abandonar mi casa, no tenía donde ir y sí tenía mucho miedo. Hasta que llegó el día en que me dio más miedo lo que me iba a hacer cuando volviera de trabajar. Agarré a mi hija, me subí en el coche y me fui y no lo vi más. Fue lo mejor que pude hacer porque después supe que iba con un machete buscándome. Una mujer que vive violencia doméstica queda fragmentada. Reconocerlo es doloroso porque en realidad aceptas y permites que alguien te golpee y maltrate. Es como una muerte en vida.Carmen: "Ahora puedo tomar la increíble decisión de a qué hora irme a la cama""Para mí era normal no tener una conversacion con mi marido, que tomara las decisiones sin consultar, que saliera a divertirse con los amigos y yo no salir porque tenía a mis hijos... Las mujeres mayores de 45 años se piensan que se les va a hundir el mundo y no es así. Me separé con 50 años. Antes estaba muerta. No tenía vida. Y ahora... pues me siento viva. Me siento capaz de cosas que antes no podía ni pensar. Decidí estudiar y al mismo tiempo trabajé de limpiadora y camarera. Cuando lo conseguí sentí mucho orgullo, pero mucha tristeza de no poderlo compartir. Yo animo a las mujeres que no aguanten esa situación por miedo al futuro porque futuro hay. Por muy malo que sea no va a ser peor de lo que se vive en silencio. Por increíble que parezca, ahora puedo decidir la comida que preparo o la hora a la que me voy a dormir".Chary: "Mi hija de 3 años me decía cada mañana que pensaba que no me iba a despertar""Sientes miedo, terror, vergüenza y ves que no hay salida para lo que estás viviendo. No sabes cómo va a terminar. Mi hija siempre me ha contado que ella se moría de pensar que no amaneciera por la mañana. Tenía 3 años. Escuchaba las amenazas constantes. Es un círculo en el que te encierras. Siempre hay un detonante que te hace dar el paso. En mi caso fue mi hija. Ver que no podía más. Hemos llorado muchísimo, pero no porque nos diera pena lo que dejábamos atrás sino por miedo, porque te das cuenta de la vida tan triste que has vivido 23 años, por todo lo que te has perdido".Rosalia: "Intentaba disimular los malos tratos por vergüenza""Lo de llegar a casa y coger un cuchillos era habitual. No sabíamos si era para hacernos daño o para llamar la atención. Los miedos iban en aumento. Yo estaba sola y perdida. No lo reconocía e incluso tapaba los malos tratos justificándole porque tenía problemas de trabajo o había estado de viaje. Trataba de cubrirlo porque ¿donde me iba con mis hijos pequeños? No tienes a nadie. Estaba muy sola. No tenía a nadie a mi alrededor. Mi hijo desde los 7 años es mayor. El día que yo le denuncié cogió un cuchillo y fue mi hijo quien le tiró al euslo y le quitó el cuchillo de las manos. En el juicio dijeron que no estaba mal de la cabeza. Que era un maltratador y ya está".

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