El pederasta de Ciudad Lineal: una persona narcisista que desafía a la Policía

    • Es el perfil que trazan los expertos policiales, que creen que ha convertido sus delitos en un reto hacia los agentes.
    • La hipótesis de que sea una misma persona la que comete los delitos es más fuerte que la de un posible imitador.

Descampado en el que fue hallada la menor secuestrada el pasado viernes en el barrio madrileño de Hortaleza
Descampado en el que fue hallada la menor secuestrada el pasado viernes en el barrio madrileño de Hortaleza

La investigación que mantiene en jaque a la policía de Madrid tiene un nombre:"Operación Candy". El rastro de la persona que está detrás de cuatro raptos de niñas registrados en la capital desde septiembre del año pasado hasta el viernes. Porque los expertos policiales afirman que, con casi toda probabilidad, se trata de un único pederasta y restan fuerza a la posibilidad de que al secuestrador de Ciudad Lineal le haya podido surgir un imitador, una hipótesis surgida tras conocerseel caso de la última niña raptada, una pequeñade origen dominicano de 7 años que fue capturada en un parque del distrito de Hortaleza cuando se encontraba con sus abuelos y que apareció 45 minutos después en un descampado cercano a la M-40.

El pederasta jugó en este último caso al despiste dando un giro al modus operandi que venía ejecutando en los raptos de abril y junio. Entonces, lavó a sus víctimas tras cometer el delito y también las sedó con algún narcótico. Además, las mantuvo secuestradas durante un lapso de cuatro o cinco horas y las llevó a lo que la policía denomina un"domicilio de seguridad", una vivienda, que puede ser o no en la que habitualmente resida, y que es donde comete el delito.

El viernes, en cambio, ni lavó a la pequeña, ni tampoco la sedó. Tampoco la llevó a ninguna vivienda, sino que los hechos se cometieron, con toda probabilidad, en una caseta ubicada en esa zona descampada. Tampoco ocurrió así en el secuestro de otra niña, el pasado mes de septiembre. La Policía sospechaba hace tiempo que ya entonces el autor era el mismo. La víctima, también en aquella ocasión, fue una niña de origen latino y de una edad similar, 8 años.

Los expertos se apoyan en varios motivos para sostener que el agresor puede ser el mismo: uno de ellos es que las víctimas tienen un perfil muy similar. Salvo la niña española que fue secuestrada el 10 de abril, todas son extranjeras, dos latinas y una de origen chino. Además, todas tienen un rango de edad comprendido entre los 6 y los 9 años.

El segundo, relevante y llamativo, es que la serie de raptos forme parte de un reto in crescendo. Es decir, que el pederastaque haya emprendido un desafío con la Policía y que lo esté llevando al límite.

"Es un agresor organizado", dice el policía Ricardo Magaz, que preside la Sociedad Científica Española de Criminología, "con un nivel de arrojo verdaderamente increíble. Tiene falta de empatía, es narcisista. Para retar así a la policía, es evidente que su ego llega a niveles de récord".

Este expertodescarta la teoría de la imitación al considerar que nadie se arriesgaría a cometer el delito en una zona en la que se sabe está ya operando ya un pederasta, y que cuenta con más presión policial que nunca. Para los agentes de Madrid, capturar a este delincuente es la única prioridad, según órdenes de sus superiores.

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Pero, en cambio, para el pederasta que ya ha actuado, el hecho de arriesgarse ahora sí supone un reto. Hasta el rapto del viernes, había demostrado ser una persona meticulosa y consciente de las técnicas policiales. Secuestraba a las pequeñas en lugares libres de cámaras de videovigilancia o presencia policial y las dejaba después de madrugada, en zonas poco transitadas. Pero ese día, en cambio,se introdujo en un parque de una zona residencial, un recinto semiprivado, con vigilantes de seguridad y colindante además con la Comisaría Central de Hortaleza. Más dificultad, más placer.Conoce a la perfección el lugar en el que actúa

Los expertos opinan que para lograr el acceso sin levantar sospecha pudo recurrir a lo que en argot policial se conoce como "apariencia de confianza", una caracterización que le permita no levantar recelos, " puede ser, por ejemplo, que se vista como una profesión determinada...", explica Magaz, quien define al pederasta como un "merodeador profesional": conoce de forma meticulosa el lugar en el que va a cometer el delito, observa durante días, planifica su acción, se cuida con detalle de conocer a su víctima y sus movimientos. La observa y la sigue. Sabe incluso su nombre de pila, como así han demostrado las investigaciones: en todos los casos, se dirigió así a las pequeñas, que luego, accedieron a subirse con él a un coche.

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"Creo que ahí está la cuestión : saber qué tipo de confianza le puede ofrecer a una niña para que se vaya con él, cuando previsiblemente está ya sobreaviso por lo que se comenta en casa", dice el criminólogo, que sostiene, además, que es probable que haya cometido otras agresiones que no han sido denunciadas. "Bien por el estigma social que pueda suponer para ciertas familias o por el hecho de que las niñas son de origen extranjero, y prefieren no denunciar para no levantar recelo".Un hombre "socializado" y que no levanta sospechas

La investigación está en manos del Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, que desde hace meses ha elevado el caso a prioridad máxima. Por el momento, el retrato robot que manejan se basa en los datos aportados por las propias víctimas y testigos: alto, en torno a 1'75-1'80 metros, de mediana edad (35-40 años) y nacionalidad española, con el pelo claro (bien porque sea canoso, como se había sospechado hasta ahora, o de tonalidad rubia, según la declaración de una testigo del rapto del pasado viernes).

Lo que más despista a los investigadores es la complexión. Mientras en los casos anteriores se hablaba de un hombre delgado, las últimas declaraciones definen un varón fuerte.En cualquier caso, los investigadores se toman todas las descripciones con cautelas por varias razones: la principal es la edad de las víctimas, niñas de entre 6 y 9 años, cuya percepción con la realidad se puede ver alterada. La otra, que, en dos casos, las pequeñas habían sido sedadas con un fármaco narcótico.

Lo que sí se maneja con fueza es la posibilidad de que se trate de una persona con un trabajo que le permita un status más bien acomodado. Noprocede de ningún entorno marginal, como así evidencia sobre todo su forma de vestir, de aspecto formal según los testigos. Es un hombre que no levanta sospechas en su entorno, que tiene una vida perfectamente "socializada". Piensan además que podría tener un trabajo de turno de mañana, lo que le lleva a cometer las agresiones por la tarde.

En cuanto a su situación familiar, las hipótesis se bifurcan. La policía busca un vehículo de modelo pequeño y tres puertas, siguiendo las declaraciones de testigos y de las propias víctimas, que han descrito así el coche que emplea en los desplazamientos. Esto, dicen, llevaría a un hombre soltero o separado, ya que en caso de ser padre de familia, tendría, como sucede en la mayoría de los casos, uno de mayor tamaño. Sin embargo, cabe también la posibilidad de que tenga dos vehículos . La policía sigue el rastro entre 75.000 coches de un modelo determinado, que circulan por Madrid.

A la teoría de que se trate de un hombre sin familia contribuye por otro lado que en dos casos, las niñas fuesen abandonadas de madrugada, en torno a la una, lo que indicaría que no tiene obligaciones familiares o la necesidad de estar en casa a una hora determinadapara evitatr levantar sospechas.

El pederasta ha demostrado hasta ahora tener buenos conocimiento de las técnicas policiales. Y cuidarse de dejar restos o pistas. Por eso, la policía sigue rastreando cualquier detalle que les pueda llevar al delincuente más buscado de Madrid. Saben que seguirá actuando hasta que lo detengan. Es un probabilidad más que cierta teniendo en cuenta el nivel de reincidencia de los pederastas.

"No cabe duda de que si ha hecho lo que ha hecho, no va a parar", dice Magaz, "Y la policía lo sabe. Bien porque su pulsión sexual irrefrenable le lleve a ello. O porque sea para él un desafío a los agentes".

Javier Urra, que en su momento fue defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, se muestra convencido de que la Policía conseguirá atraparle. Y lo explica en dos de los rasgos que definen a los pederastas: su reincidencia y su baja percepción del riesgo.

"No se creen que vayan a ser detenidos. Creen que si es una mujer de la que abusan, tendrá miedo. Y si es una niña, no sabrá explicarlo muy bien", afirma el psicólogo y autor de varios libros sobre el tema, entre ellos, "SOS... Víctima de abusos sexuales".

Según este experto, el hecho de que las víctimas sean niñas de corta edad añade un elemento que puede resultar esencial para la captura: "A veces, los niños pueden recordar detalles muy pequeños pero que son muy significativos en una investigación, y que la policía no desvelará. Los niños son sorprendentes porque recuerdan ciertas cosas de forma muy nítida. Hechos que a una persona adulta se le podrían pasar por alto".

El psicólogo destaca la labor que está desarrollando la policía, y destaca que tiene excelentes profesionales, "criminólogos y psicólogos, muchos de los cuales son padres de niñas de estas edades y que por tanto saben interpretar perfectamente cualquier detalle y le ponen un interés brutal" y advierte tambiénde los peligros del impacto mediático del caso."Hay que tener mucho cuidado con decir que hay un violador en un barrio, porque puede aparecer otro que aproveche para cometer el delito pensando que se lo cargarán al que ya ha cometido más hechos. Esto puede pasar", asegura.

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