Estamos en otoño, las lluvias no cesan y llega el fin de semana: ¡Todos a por setas!

Boletus edulis de casi un kilo de peso encontrado por una familia de Olaberria (Gipuzkoa)
Boletus edulis de casi un kilo de peso encontrado por una familia de Olaberria (Gipuzkoa)
Cedida por YOLI ACOSTA
Iñaki Etxarri

Con las lluvias del otoño, los campos y bosques españoles comienzan a llenarse de deliciosas variedades de setas. Pasar una tarde, o una mañana, en el monte encontrándolas puede ser un plan muy gratificante y relajante y este fin de semana seguro que miles de personas se 'echan al monte' a buscar alguno de los magníficos ejemplares que colman, sobre todo, la zona norte de España.

No es complicado hacerlo, ya que tenemos la suerte de contar en nuestro país con montes que reúnen las características necesarias para que afloren los mejores hongos. Por lo que si paseamos un poco por el monte de nuestro pueblo (en la ciudad todavía no salen las setas y hay que salir al campo a por ellas) no será difícil cruzarnos con algún boletus, níscalo o rebozuelo.

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Unas buenas botas, navaja para respetar la raíz del hongo, un chubasquero y que no falte la cesta de mimbre. Esto será todo lo que necesites para lanzarte al monte. Lo más conveniente es esperar a que llueva durante unos días para que la seta crezca lo suficiente e ir al monte una mañana despejada, ya que así veremos mejor el terreno. Lo más probable es que éste se encuentre repleto de setas, en función de la variedad aparecerán en un sitio u otro.

Por ejemplo, algunas tienden a darse en grandes praderas destinados al pasto, así que si os cruzáis con un gran campo de vacas u ovejas, lo más posible es que encontremos macrolepiotas (parasol o galamperna) esparcidas por el mismo. Esta es una de las setas más fáciles de encontrar, y en ocasiones en tamaños realmente gigantescos.

Pero también hay espacio para las setas "gourmet" en nuestros montes. Es el ejemplo de las "tompretas negras" (Craterellus cornucopioides), una seta de aspecto siniestro pero altamente valorada por su especial sabor. Se pueden encontrar en el suelo, pegadas al tronco de los árboles, y lo que es mejor, siempre encontraremos un gran número de ellas porque siempre emergen en "familias" de 20 o 30 setas.

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Los ya de sobra conocidos boletus edulis, 'onto beltz' (hongo negro en euskera), son otro de los manjares típicos de los bosques de nuestro país. Como, por ejemplo, el magnífico ejemplar que ilustra esta noticia, de casi un kilo de peso, más de 850 gramos dio en la báscula el 'buen mozo', que encontró en el monte una familia de Gipuzkoa, de Olaberria para más señas, en plena comarca del Goierri, la pasada semana. El extraordinario boletus fue encontrado en el puerto de Lizarrusti, en las estribaciones de la sierra de Aralar, entre Navarra y Gipuzkoa. 

 No es difícil, tampoco muy sencillo, encontrar boletus a ojo de buen observador, característica fundamental, por otra parte, de todo buen micólogo. Aparecen en bosques de pinos, robles, hayas y castaños, sobre todo de la mitad norte, aunque se dan también abundantemente en zonas montañosas del centro, de Andalucía y de Extremadura. No tendrás más que disfrutar del paisaje y el entrono del monte e ir fijándoos, con cuidado, por si encontramos la recompensa. En este sentido, es una actividad que guarda cierta similitud con la pesca, ya que los resultados vienen de la paciencia y la observación.Cuidado con las venenosas

Hay que tener cuidado con las especies peligrosas, que también abundan en nuestras tierras. Por lo que si consideramos que no sabemos lo suficiente, lo mejor será ir de la mano de alguien que sepa, o bien recoger únicamente las que estemos estrictamente seguros de que son comestibles, por lo que acompañarse de un manual ilustrado nunca estará demás.

[Te interesa saber: Las seis setas venenosas más abundantes en nuestro país. ¡Si las ves ni las toques!]

Muchas de éstas son ya conocidas por todos, como la amanita muscaria, más conocida como la "seta de los duendes", famosa también por sus efectos psicoactivos en diminutas cantidades. Otras, como la amanita phalloides, también llamada la 'cicuta verde', por su peligroso veneno, es igual de letal o incluso más, ya que la ingesta de una sola de ellas puede ocasionar la muerte.Variedades exquisitas

Si hemos tenido suerte y hemos conseguido llenar nuestra cesta de un buen puñado de setas comestibles y exquisitas, un buen consejo es, si no se van a cocinar y comer inmediatamente, limpiar (nunca bajo el agua sino con un cuchillo o un pincel) y secar buena parte de esas setas recogidas para poder disfrutar más adelante de su sabor, pese a que ya no sea la temporada de recolecta.

El proceso es muy sencillo y existen varias formas de hacerlo, lo más habitual es limpiarlas con un pincel y dejarlas secar al aire en un sitio seco, caliente y sin humedad. El tiempo de secado puede variar dependiendo de las condiciones pero será cuestión de semanas. Existe un truco para acelerar el proceso, consistente en poner el horno a unos 50 – 60 grados y meter las setas durante cinco horas aproximadamente. Para rehidratarlas, lo único que tendrás que hacer será meterlas en agua durante una hora o dos, y ya tendremos la seta lista para cocinar.

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