Malestar en el PP con Esperanza Aguirre por saltarse a Cospedal en su dimisión

En la cúpula del Partido Popular existe un profundo malestar con Esperanza Aguirre. Conocían de sobra que era un 'verso suelto'. Pero la forma que ha tenido en dimitir ha provocado un nuevo incendio en Génova 13 que ahora la dirección nacional tendrá que sofocar. Nadie del entorno de Rajoy sabía que Esperanza Aguirre iba a dimitir. ¿Cómo se enteró la cúpula del partido del adiós de la lideresa? "Cómo tú, por la prensa", reconocen varios dirigentes populares. Alguno, incluso, ha bromeado con la oportunidad de Aguirre de dimitir justo el día de San Valentín.Para la dirección del PP, la dimisión de Aguirre fue un cúmulo de despropósitos. Aunque públicamente Fernando Martínez Maíllo ha calificado la decisión como "personal", de puertas para dentro los comentarios no son los mismos. Hay indignación por varias circunstancias que no han gustado nada en el entorno de Rajoy.En primer lugar, por la estrategia empleada. Esperanza Aguirre convocó a la prensa prácticamente al mismo tiempo que informaba a Rajoy. Lo hizo, como ella explicó, a través de una llamada telefónica. El presidente popular no le cogió el teléfono y fue entonces cuando le envió un SMS. Esta forma de proceder ha sido interpretada en Génova como un agravio: la dirección nacional no tenía así tiempo para reaccionar y Aguirre se garantizaba que, al no conversar con nadie, que desde la cúpula del partido no se le intentara convencer para que frenara sus planes.No hubo tampoco conversación con María Dolores de Cospedal, secretaria general y encargada del control de las diferentes direcciones regionales. La lideresa y la expresidenta de Castilla-La Mancha mantienen una lucha enconada desde hace varios años. En el equipo de Cospedal, por ejemplo, no gustó nada la decisión de Aguirre de continuar al frente del PP madrileño después de convertirse en concejala en el Ayuntamiento de madrid.

En el PP nacional también ha cabreado que Aguirre hiciera público el SMS con el que le respondió Rajoy. Dijo que le había contestado con un "te entiendo". Pero ese mensaje de móvil era parcial. El malestar, por tanto, es doble: por desvelar una conversación privada y por hacerlo de manera incompleta en la que Rajoy quedaba en mal lugar.