Pocas veces un vídeo ha sido capaz de ilustrar de una manera tan clara el enfado de un perro con su dueño.
Chops es un bóxer que, pese al amor que siente por su amo, no pudo evitar sentirse decepcionado cuando le llevó al veterinario y, ni corto ni perezoso, no dudó en hacérselo saber.
Un vídeo subido a Youtube ilustra el momento en el que Chops mira con desprecio y atención a su dueño desde el pequeño habitáculo en que espera para ser atendido por su 'médico'.
Durante un buen rato, el bóxer no quita el ojo de encima a su dueño, que graba el momento, consciente de que la reacción de Chops es realmente curiosa.
Pero como puede verse en este segundo vídeo, el perro no pudo superar lo sucedido tan rápido como su amo hubiera querido y su enfado persistió hasta que llegaron a casa, e incluso, se negaba a bajar del coche.
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