Los panaderos parisinos no tienen libertad para elegir sus vacaciones por una ley de la Revolución francesa

    • Los ecos de la Revolución francesa rigen aún en la regulación de los horarios de las panaderías parisinas.
    • El objetivo es asegurar el suministro de pan, por lo que en verano deben alternarse para salir de vacaciones.
Leyes promulgadas en la Revolución francesa rigen aún los horarios de las panaderías parisinas.
Leyes promulgadas en la Revolución francesa rigen aún los horarios de las panaderías parisinas.
G.R.S.

La larga vigencia de una ley puede ser motivo de orgullo para un Estado ya que certifica la estabilidad de un sistema jurídico. Sin embargo, esto no quiere decir que una ley mantenida durante siglos sea la más conveniente a las circunstancias actuales. Como el caso de los panaderos franceses, que no pueden elegir cuándo toman sus vacaciones porque tras la Revolución francesa se estableció así para garantizar el abastecimiento de pan de la población.

En los convulsos tiempos tras la revolución de 1789, el Estado garantizó a los parisinos la disposición de pan fresco, para lo cual se reguló estrictamente las vacaciones de verano de los panaderos y se les prohibió abandonar la capital en masa pues el cierre de tantos comercios al tiempo era algo potencialmente peligroso.

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Esta norma se remonta a 1798, cuando un panadero fue linchado por una multitud furiosa por no abrir su tienda. La Asamblea Constituyente, temerosa de nuevos disturbios, aprobó ese año una ley que permitía a las autoridades militares tomar el control de las panaderías y así asegurar el abastecimiento de pan a la población. Como alimento básico, su disponibilidad total para todos los ciudadanos tenía que estar garantizado.

Y con ecos de esa ley, todavía hoy unas 1.200 panaderías parisinas mantienen un constante abastecimiento diario de baguettes y croissants. En 1956 se aprobó la legislación nacional que garantiza un mínimo de tres semanas de vacaciones a todos los trabajadores, lo que significaba un 'respiro' de la ciudad en los meses de verano para los panaderos parisinos.

Sin embargo, esta "libertad" para los panaderos suponía volver a hacerse cargo de la responsabilidad del abastecimiento de pan, con lo que las autoridades modificaron la ley al año siguiente otorgando a los ayuntamientos de la región de París la facultad de regular el horario de las panaderías.

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La última revisión de la ley se hizo en 1995, otorgando cinco semanas de descanso a los trabajadores franceses. Eso sí, las panaderías parisinas continúan teniendo marcado su calendario y se dividen entre las que pueden tomar vacaciones en julio y los que las toman en agosto. Al menos les permiten intercambiar cada año. Pero a los panaderos parece no molestarles demasiado ya que cada año se presentan solamente unas 20 quejas formales por panaderías cerradas.

"El objetivo es asegurarse de que haya pan en todas partes. No podemos pretender que la gente tenga que ir en coche para comprar una hogaza de pan", ha explicado Dominique Aract, miembro de la Cámara de Panaderos profesionales París, según recoge france24.com.

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