Así lo concluye un estudio encargado por la Diputación de Barcelona al Institut Cartogràfic y Geològic de Catalunya (ICGC), en apoyo a las asociaciones de propietarios forestales, ha explicado en un comunicado este jueves la Conselleria de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat.
El estudio, presentado este jueves en Mataró (Barcelona), se basa en la comparación de imágenes procedentes del satélite Sentinel-2 durante un año, entre el verano de 2015 y el de 2016, y ha remarcado que la pérdida de vigor afecta especialmente las masas boscosas orientadas hacia el sur y los pinares.
Las imágenes han permitido identificar varios grados de decaimiento en la superficie de estos bosques, así como aventurar que, si las condiciones meteorológicas de este año son similares a las de años anteriores --sobre todo por la escasez de lluvias-- el decaimiento se acentuará.
Para confirmar y cuantificar la tendencia detectada, la Diputación y el ICGC están evaluando la posibilidad de llevar a cabo un nuevo seguimiento de la masa boscosa del Maresme en 2017, que se complementaría con trabajo de campo para su validación.
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