Las amenazas a Cox habían aumentado en los últimos tres meses

Aún conmocionada por el  mortal asesinato de la diputada laborista Jo Cox, la sociedad inglesa continúa consternada al conocerse que la joven promesa de la política laborista había recibido amenazas vía mail en los últimos meses.

Según publica el diario The Times, la policía barajaba seriamente la posibilidad de poner vigilancia extra a Jo Cox y su familia, que residen en una casa barco amarrada en el río Támesis de Londres. Según explica una fuente al diario británico, al principio la diputada, asesinada ayer, no dio mucha importancia a unos mail amenazantes que empezó a recibir hasta que “el volumen y su frecuencia” aumentaron considerablemente.

Según han explicado las autoridades, el detenido por el brutal asesinato, Thomas Mair, de 52 años de edad, no está relacionado con este asunto. Han indicado que el acosador de la diputada está controlado. Aún así, la conmoción y cierto sentido de culpabilidad han golpeado las conciencias de los servicios de seguridad porque estaban barajando la posibilidad de poner vigilancia a la diputada.

Según The Times, pese a que Jo Cox no temía por su vida, varios miembros de su equipo le recomendaron que aceptara una mayor vigilancia. El rotativo señala que la orden estaba en proceso pero se retrasó por motivos burocráticos. En un principio, solo estaba previsto aumentar la seguridad en su casa, pero los agentes no descartaba ampliar el radar hasta su lugar de trabajo. “Desconozco si estaban realmente preocupados por su seguridad, pero querían atajarlo en cuanto antes”, dice la fuente. 

El de ayer fue el primer asesinato de un diputado británico en 25 años y es también un trágico suceso que ha teñido la campaña sobre el referéndum británico de sangre, una campaña que se está caracterizando por una retórica violenta por la defensa y permanencia de Reino Unido en la UE.