Europa responde con muros a la crisis migratoria. El último país en apostar por las vallas que dividen los territorios es Austria, que anunció la construcción de un muro de 3,7 kilómetros en su frontera sur con Eslovenia, a ambos lados del cruce fronterizo de Spielfeld.
La valla, que fue anunciada el pasado noviembre, tendrá 2,5 metros de altura y se espera que su construcción esté concluida antes de Navidad. Según la radio pública ORF, el objetivo es gestionar mejor la llegada de refugiados.
El muro lo levantarán alrededor de 40 soldados y una empresa austríaca. Las primeras imágenes de la construcción ya pueden verse en twitter.Erste Zaunpfosten in Spielfelder Boden getrieben https://t.co/J1GGU8PIRspic.twitter.com/m77l41S0B3— Kleine Zeitung (@kleinezeitung) diciembre 7, 2015
La llegada de refugiados a Austria ha descendido en los últimos días después de que Macedonia, Serbia, Croacia y Eslovenia decidieran abrir su territorio a personas procedentes deSiria, Irak y Afganistán. No ostantes, se calcula que hay unas 1.200 personas en la cercana localidad eslovena de Sentilj que esperan entrar pronto aAustriaa través de Spielfeld para proseguir su viaje hacia Europa Occidental.
No obstante, la llegada de refugiados al país genera descontento entre un sector de la población que ya ha salido a manifestarse.
La crisis de los refugiados en Europa, la más grave desde la Segunda Guerra Mundial, ha provocado que se levanten de nuevo las fronteras dentro del territorio Schengen, que funciona como una zona de libre tránsito. Además de Austria, Alemania, Eslovaquia, República Checa y Holanda ya han introducido controles, mientras Hungría ha anunciado que planea construir una valla en su frontera con Rumanía.
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