Cuatro personas secuestradas por el Estado Islámico piden ayuda urgente en Filipinas

    • El IS pide un rescate de 90 millones de euros lo antes posible. Si no lo hacen, les matarán.
    • En el vídeo se ve a hombres armados con las caras cubiertas de pie detrás de los cuatro rehenes, que están sentados en medio de la jungla.

Dos turistas canadienses, un noruego y una filipina que fueron secuestrados por el EI piden auxilio al gobierno de Canadá. Fueron secuestrados en el puerto deportivo de un lujoso hotel de la isla de Samal, en el sur de Filipinas.

El EI pide un rescate de 90 millones de euros lo antes posible. Si no lo hacen, les matarán.

En el vídeo se ve a hombres armados con las caras cubiertas de pie detrás de los cuatro rehenes, que están sentados en medio de la jungla. Los milicianos aparecen armados con fusiles y machetes y gritan "Allahu akbar" (Dios es el más grande).

El líder de los milicianos habla inglés fluido y reclama que los ataques de artillería se suspendan y la negociación de la liberación de los rehenes, sin identificar a qué grupo pertenecen o su ubicación.

"Lo positivo que podemos extraer de este vídeo es que las víctimas del secuestro están bien de salud, parece ser, y eso es, por lo que a nosotros respecta, parte de las buenas noticias que tenemos", ha afirmado la policia.

Los raptores irrumpieron poco antes de la medianoche del lunes 21 de septiembre a bordo de dos barcos a motor y secuestraron a estas cuatro personas, que se hallaban en yates.

Los secuestrados son, según la policía, dos turistas canadienses John Ridsdel, de 68 años, y Robert Hall, de 50, así como un noruego, Kjartan Sekkinstad, de 56, que trabajaba en el puerto. La mujerfilipina sólo fue identificada por su nombre de pila, Tess, de 40 años, y era compañera de uno de los turistas.

Una pareja de japoneses también estuvo a punto de ser secuestrada pero logró escapar de los agresores, explicó el portavoz.

Situada no lejos de Davao, principal ciudad de la isla de Mindanao, la isla Samal es célebre por sus playas de fina arena blanca, sus centros de submarinismo y sus lujosos complejos hoteleros donde una noche puede costar 500 dólares.

Pero el sur de Filipinas es asimismo, desde hace décadas, escenario de violencia vinculada a la rebelión separatista. Algunas zonas de Mindanao son feudos de Abu Sayaf, organización considerada terrorista por Estados Unidos y afín a Al Qaida.

Este grupo está acusado de los atentados más sangrientos de la historia de Filipinas, y ha secuestrado a numerosos extranjeros, que libera a cambio de cuantiosos rescates.

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