"Los muertos de la República Centroafricana son considerados víctimas colaterales"

    • Lainformacion.com habla con el obispo de Bangassou, el español Juan José Aguirre, sobre la violencia en la República Centroafricana.
    • ¿Por qué la misión internacional no consigue poner orden?, ¿quiénes suministran las armas a los rebeldes?, ¿cuál es la solución para el país?... Son algunas de las preguntas a las que responde.

El obispo Aguirre, en una imagen de archivo.
El obispo Aguirre, en una imagen de archivo.
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La denuncia es una constante para Monseñor Juan José Aguirre, el obispo español de Bangassou. Hace años puso en peligro su vida al denunciar la presencia en la República Centroafricana del criminal de guerra, Josep Kony, buscado por el CPI, la comunidad internacional lo ubicaba mientras, en Uganda.

Después, hace casi un año, con el golpe de Estado de la guerrilla de tintes islamistas Seleka, también corrió un serio peligro al hablar de las atrocidades que se cometían. En ese momento, con ONGs e instituciones internacionales fuera del país, era uno de los pocos que podían testificar sobre los asesinatos, violaciones y saqueos que se cometían.

Hoy, también la minoría musulmana de Centroáfrica (un 15%), sufre por la violencia. Aunque hay una fuerza de intervención internacional y oficialmente los Seleka se han disuelto, no se ha conseguido restablecer la paz. Como denuncia Aguirre en las páginas de Teinteresa.es, las consecuencias de los horrores Seleka han hecho que se desconfíe de "todo lo que huele a musulmán".

La milicia anti-Balaka también ha cometido todo tipo de crímenes. Mal llamados milicias cristianas, cuentan en sus filas con numerosos antiguos miembros de las Fuerzas Armadas Centroafricanas destituidas tras el golpe de Estado Seleka ; y con seguidores del expresidente François Bozizé, depuesto también por el golpe.

En Bangui, la capital, miles de personas con miedo a volver a sus casas se refugian en las iglesias y en el aeropuerto. Se habla de un éxodo masivo de musulmanes.

Te Interesa- Da la impresión que el rebrote de violencia en la República Centroafricana coincidió con la llegada de los 1.600 hombres que Francia (antigua colonia) envió en diciembre bajo mandato de Naciones Unidas. ¿Está peor el país ahora que antes de la llegada de las tropas galas?

Msñr Aguirre- La llegada de las tropas francesas evitó masacres horribles. Desgraciadamente vinieron con un año de retraso. Podrían perfectamente haber intervenido cuando los Seleka estaban a 400 km de Bangui, pararles los pies, y ahorrarnos el calvario que hemos vivido desde finales de 2012 hasta hoy.

Sin embargo, buscaron excusas. No se dieron cuenta de las consecuencias que tendría un gobierno Seleka. El embajador francés en Bangui fue destituido por esto. Decían que no tenían mandato de la ONU como en Malí... dejaron ir las cosas hasta que les estalló, nos estalló a todos, en la cara. Ellos, claro, bajo protección en sus embajadas y con el aeropuerto para ellos solos. Nosotros en plena calle, aguantando el chaparrón.

La misión francesa, al igual que la Misca (la misión africana formada por congoleses, cameruneses, gaboneses y burundeses principalmente), son incapaces de parar tantos frentes de violencia que se alumbran a la vez. No son suficientes para estar en todas partes.

Por eso han pedido que vengan los cascos azules y anteayer llegó a Bangassou una misión desde Ginebra para identificar tres grandes explanadas para futuros campamentos. No quiero ni pensar en los millones de euros que va a costar eso. Millones que necesitaríamos para reconstruir nuestra única carretera, para escuelas y hospitales, para reconstruir el tejido social roto… para muchas otras cosas. Como siempre, faraónicos gastos militares tendrán la prioridad sobre cuestiones humanitarias. Así es la vida, así la hemos hecho entre todos.

TI- Su Diócesis, Bangassou, es una excepción porque hace meses que no se registra ningún episodio violento. ¿Cuál es el 'secreto' del éxito de esa comisión interconfesional que aplaca los ánimos?, ¿por qué no funciona igual en otras partes del país?

Msñr Aguirre- El Comité de mediación de Bangassou es un "apaga fuegos". Apenas alguien prende una cerilla de violencia allí va alguien para apagar el fuego aunque dure todo un día para convencer a dos familias de pasar página. Para que funcione, es necesario que se reúnan muy a menudo, que programen juntos, que los representantes musulmanes y no musulmanes se vean las caras. Que haya empatía, se rocen, sonrían, luchen juntos. Eso es esencial. Hoy nos funciona, mañana... Dios lo sabe.

TI- ¿Cuál cree usted que es la solución para que la República Centroafricana salga de la espiral de violencia?

Msñr Aguirre- Creo que todo empieza por el desarme. Miles armas están ahora en manos de anti-Balaka, que al 50% son, ya lo eran antes, bandidos, salteadores, recién salidos de la prisión, ladrones sin escrúpulos, aprovechados de río revuelto, si no criminales...

Luego, cuando todo se calme, la vida recomience, los comercios abran (los pocos que quedarán), se circule por las carreteras, entonces quedará lo más duro: vendar los corazones, curar las heridas del alma, borrar los rencores, pasar página y empezar de nuevo. Los musulmanes en Centroáfrica ya no serán el 15%, serán menos, aunque muchos volverán con el tiempo. Pero rehacer el tejido social y económico hecho añicos a golpes de violencia e incompetencias tardará mucho en hacerse. Ver la parte musulmana de nuestra sociedad con ánimo sereno, con tolerancia, reanudar relaciones e intercambios en el mercado... será un fruto de la obra del espíritu de Dios que todo lo puede.

TI- En su última crónica escribe : "reciben las armas (nos tememos de quién) y ejecutan sin discriminación". De los anti-Balaka, el responsable de la misión francesa ha llegado a decir que es una nebulosa sobre la que nadie sabe nada. ¿A quién se refiere al hablar del armamento?

Msñr Aguirre- Lo digo de manera indirecta, sin nombrar a países, pero son ellos, los países del Golfo. Si no dan directamente dinero para comprar armas, se utiliza esa estrategia macabra que describo en el artículo: "expansión del Islam", un gran saco donde caben todas las posibilidades, las humanitarias y las fundamentalistas. A estos países se pueden añadir todo aquel o aquella institución o Fundación en Asia, América o el Oriente Medio, subvencionada por particulares adinerados, que usan esas pantallas de poder para armar fundamentalistas y lavar su conciencia. El amasijo de cuerpos destrozados en un mercado despues del paso de una persona-bomba o los muertos de Centroáfrica son... creo yo, como lo son para Estados Unidos o cualquier otro ejército, víctimas colaterales.

A través de la Fundación Bangassou ('http://www.fundacionbangassou.com') se recaudan fondos para la República Centroafricana.

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