Río de Janeiro, 20 oct.- Los 57 presos que mantenían como rehenes a dos guardias carcelarios desde la noche del domingo los liberaron hoy y pusieron fin al quinto motín registrado en los dos últimos meses en Paraná, estado del sur de Brasil fronterizo con Argentina y Paraguay, informaron fuentes oficiales.
La nueva rebelión se registró en la Penitenciaría Estatal de Maringá, ciudad en la región norte de Paraná, y se limitó a una de las galerías de este centro carcelario debido a que los demás reclusos no se sumaron al motín, según la secretaría regional de Justicia, Ciudadanía y Derechos Humanos.
La secretaría informó de que los amotinados pusieron fin al motín luego de que las autoridades regionales aceptaran transferir a veinte de los reclusos a presidios de Curitiba, la capital de Paraná, así como a Londrina y Foz do Iguaçu.
Los internos se amotinaron hacia las 17.30 hora local (19.30 GMT) del domingo cuando terminó la visita de los familiares de los presos y siete de los reclusos rindieron y desarmaron a dos de los guardias carcelarios, que permanecían como rehenes desde entonces.
Los demás presos de la galería en que comenzó la rebelión, en su mayoría interesados en traslados para estar más cerca de sus familiares, se sumaron al motín.
Esta fue la quinta rebelión en dos meses en el estado de Paraná, incluyendo la de agosto en la Penitenciaria Estatal de la ciudad de Cascavel, la más violenta de todas, que se prolongó por 45 horas y terminó con cinco presos muertos.
El último motín había ocurrido la semana pasada en la Penitenciaría Industrial de Guarapuava, en donde los presos tomaron trece rehenes y que terminó tras 48 horas con ocho personas heridas, entre las cuales cinco presos y tres guardias.
Según la secretaría regional de Justicia, en lo que va de este año se han registrado 22 rebeliones en cárceles y penitenciarías de Paraná.
El gobierno regional anunció el viernes medidas para prevenir las rebeliones, entre las cuales citó la investigación de los responsables y de los motivos de los motines ocurridos este año, así como la revisión de los procedimientos de seguridad y la ampliación de los presidios.
Según datos oficiales, las prisiones brasileñas albergan a unos 550.000 internos, lo que supera en un 30 % su capacidad y supone la cuarta población penal del mundo en términos absolutos, por detrás de EE.UU. (2,2 millones), China (1,6 millones) y Rusia (740.000).
La estadística oficial dice que el año pasado fueron asesinados 282 reclusos en diversos episodios de violencia, que en general se vinculan a disputas entre los internos por el control del tráfico de drogas y otros "comercios" ilegales tras las rejas.
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