Montenegro: De Estado mafioso a alumno aventajado para entrar en la UE

  • Es el primer candidato para ser el vigésimo noveno país en ingresar en la Unión Europea y lleva el mismo número en el dorsal en la carrera hacia la OTAN: Montenegro apuesta fuerte por ser el próximo miembro de ambos clubes.

Ilya U. Topper

Podgorica, 19 jul.- Es el primer candidato para ser el vigésimo noveno país en ingresar en la Unión Europea y lleva el mismo número en el dorsal en la carrera hacia la OTAN: Montenegro apuesta fuerte por ser el próximo miembro de ambos clubes.

Atrás quedan los días en los que Montenegro era conocido por ser una especie de Estado-mafia, sobre todo para el contrabando del tabaco desde Italia. Ahora, es el tercer país de la antigua Yugoslavia que negocia con Bruselas.

La propia delegación de la UE certifica que va correctamente encaminado, pero subraya que aún queda mucho por hacer para que Montenegro se convierta en un Estado de derecho, donde la ley sea igual para todos.

Es el mayor desafío, coinciden todos: activistas, políticos de la oposición y el propio primer ministro, Milo Dukanovic.

"La EU tiene razón en subrayarlo: Ha habido algunas malas experiencias. En el contexto de los Balcanes no hay mucho respeto por el Estado de derecho", admitió el dirigente en una reunión con la prensa europea, facilitada por la Unión Europea, en la que participó Efe.

Igual de franco es Andrija Pejovic, negociador jefe de Montenegro para la UE, al explicar que en la década de 1999, "hubo contrabando de todo, no sólo de drogas" y que los contrabandistas crearon vínculos con el Gobierno.

El contexto, señala, es que la entonces federación que formaban Serbia y Montenegro estaba sometida al embargo internacional, por lo que saltarse las sanciones era un afán comprensible.

"Todo cambió con la caída" del presidente serbio Slobodan Milosevic en 2000, asegura Pejovic, quien destaca la ayuda de Italia y Serbia al detener a algunos "capos" mafiosos.

La mafia no es un problema visible en Podgorica, la pequeña y agradable capital de Montenegro, cuyos parques cuidados, calles limpias y cafeterías animadas evocan una profunda paz social.

Incluso la residencia oficial del primer ministro está guardada únicamente por un solitario guardia en uniforme.

Pero "en 25 años no ha cambiado el partido del Gobierno ni el dirigente del partido", denuncia a Efe el joven parlamentario Dritan Abazovic, del partido Montenegro Positivo.

Dukanovic accedió al cargo de primer ministro en 1991 y el mismo año transformó la Liga Comunista local en el Partido Socialista Democrático, que preside desde entonces y que no ha salido del Gobierno desde entonces.

Las tres veces que Dukanovic dejó el cargo, sólo para retomarlo pocos años más tarde, no han significado un cambio de poder.

"Hay un alto nivel de corrupción y una privatización mala. Las inversiones rusas son anónimas y blanquean dinero. Hay mucha influencia política en las instituciones estatales, como la Judicatura. La misma gente lleva 25 años en el mismo cargo y la gente no se cree que las elecciones sean libres", abunda Abazovic.

Los observadores internacionales han certificado las últimas elecciones montenegrinas como formalmente intachables, pero muchos ciudadanos están convencidos de que no votar por Dukanovic puede afectar a las posibilidades de encontrar un trabajo o hacer carrera.

"Es muy difícil tener un sistema de control eficaz para equilibrar el poder del Gobierno en un país tan pequeño (600.000 habitantes) porque todo el mundo conoce a todo el mundo", admiten incluso fuentes de la UE.

"Decir que Montenegro es mi negocio familiar es una acusación de mis adversarios", denuncia Dukanovic.

"Mi hermana era la mejor estudiante en la Facultad de Derecho, ¿qué hay de malo en que luego haya sido jueza del Tribunal Supremo?. Mi hermano ha tenido una empresa privada desde hace 25 años; espero que no sea un problema, mientras no vulnere la ley", se defiende.

"El problema no es siempre que el primer ministro diga al fiscal: 'Usted no debería investigar esto'. A menudo es simple falta de cooperación entre Judicatura, Fiscalía y Policía", considera Mitja Drobnic, cabeza de la Delegación de la UE en Montenegro.

"Jueces, fiscales y policía tienen relaciones demasiado estrechas", denuncia, en cambio, la defensora de derechos humanos Marija Vuksanovic.

Dukanovic asevera que las reformas ya están en marcha y que tendrán la tarea hecha a principios de 2019, año cuando el país debería estar listo para ingresar en la UE, aunque "sin obsesionarse con las fechas".

En todo caso, en lo referente a corrupción, libertad de medios o crimen callejero, la situación es hoy mucho mejor que la de Bulgaria o Rumanía, asevera el escritor Ognjen Spahic.

"Hace 5 años pagábamos sobornos a la policía. Eso ha cambiado. Hoy día nadie soborna a un funcionario. La corrupción está sólo presente en los niveles superiores, como en el resto de Europa", concluye.

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