La Policía confirma que el secuestrador murió en la operación de rescate

  • La Policía de Australia ha confirmado la muerte del supuesto clérigo musulmán que tomó hoy una cafetería del centro de Sídney y secuestró al personal y la clientela durante cerca de 17 horas, según la cadena ABC.

Sídney (Australia), 15 dic.- La Policía de Australia ha confirmado la muerte del supuesto clérigo musulmán que tomó hoy una cafetería del centro de Sídney y secuestró al personal y la clientela durante cerca de 17 horas, según la cadena ABC.

La Policía no ha confirmado, sin embargo, informaciones del Canal 9 de televisión según las cuales dos rehenes también murieron, uno en el café y otro en el hospital.

La víctima mortal confirmada oficialmente es Man Haron Monis, un supuesto clérigo musulmán de origen iraní, con antecedentes de violencia, que ha protagonizado numerosas protestas en Australia contra la intervención militar en Afganistán.

El también conocido como "jeque Haron" entró por la mañana en el local Lindt Chocolate Cafe, situado en la zona financiera Martin Place, y secuestró a las personas que había en su interior.

Entre sus primeras acciones estuvo obligar a dos personas a que sujetasen una bandera en el cristal de la entrada con un mensaje escrito en árabe que decía: "No hay otro Dios que Alá y Mahoma es su profeta", la "shahada" o declaración de fe musulmana.

Los cuerpos de seguridad se decidieron a intervenir después de cerca de 17 horas de secuestro, en la madrugada australiana, y actuaron momentos después de que cinco personas lograsen abandonar el establecimiento.

Desde el exterior, se vio gran actividad de agentes y se oyeron después varias ráfagas de disparos que iluminaron el interior del café y alguna explosión.

Los rehenes comenzaron a salir del café, algunos con las manos levantadas. Según el Canal 7, fueron siete las personas liberadas por los agentes.

Ambulancias con personal sanitario y vehículos de bomberos se colocaron en las inmediaciones para atender a los heridos, dos de los cuales necesitaron reanimación cardiopulmonar, mientras sonaba una sirena de alarma.

El primer ministro australiano, Tony Abbott, calificó el secuestro de un acto con "motivaciones políticas" y se reunió a lo largo del día dos veces con el Comité de Seguridad Nacional.

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