El colectivo de presos etarras expulsa a cinco miembros por disidentes

  • Valentín Lasarte, Esteban Murillo, Jorge Uruñuela, Iñaki Rekarte y Andoni Muñoz han disentido de la estrategia de ETA, algo que ya hicieron otros expulsados en el pasado.
lainformacion.com | Agencias

La dirección de ETA ordena y manda, y los suyos acatan. Aunque no siempre. Poco a poco aparecen terroristas encarcelados que disienten de las líneas de actuación de la organización y del EPPK (colectivo de presos de ETA). Los últimos, Valentín Lasarte, Esteban Murillo, Jorge Uruñuela, Iñaki Rekarte y Andoni Muñoz, que ya han sido expulsados, según ha informado el diario Gara, por situarse "fuera de la disciplina común".

“A partir de ahora hablarán y ejercerán a título personal y no en nombre del colectivo al que han dejado de pertenecer”, indica el colectivo de presos en el comunicado publicado en Gara respecto a los cinco expulsados, en donde además advierten de huelgas de hambre o encierros para denunciar la política penitenciaria entre los suyos.

Lasarte (asesino de Gregorio Ordóñez), Murillo (comando Nafarroa en los ochenta), Uruñuela (violencia callejera), Rekarte (atentado con bomba con tres muertos) y Muñoz (comando Labroa, principios de los noventa) manifestaban recientemente su postura contraria a la banda armada, algo que, según otros miembros expulsados anteriormente, como es el caso de Carmen Gisasola y José Luis Urrusolo Sistiaga, es similar a la de otros muchos presos que “permanecen callados”.

Lasarte y Rekarte, además, habían aceptado ponerse a trabajar en el economato de su prisión, algo que prohíbe el EPPK expresamente por considerar que es un signo de sumisión frente al poder presor.

Se da la circunstancia de que cada vez que presos etarras critican a ETA, Interior les acerca al País Vasco para así dañar la imagen de la banda y provocar discusión entre sus miembros, según han comentado fuentes de este ministerio.

Anteriores expulsados críticos

Aunque los primeros casos de ruptura interna en el colectivo se remontan a muchos años atrás, el fin del proceso de paz propiciado por el atentado de ETA en la T-4 supuso un aldabonazo a la supuesta homogeneidad en el pensamiento del colectivo.

Poco después de aquel atentado, los entonces máximos representantes del colectivo enviaron una carta al diario Gara manifestando su descontento. La respuesta de la banda fue inmediata: expulsarles, aunque fueran históricos como ‘Txelis’ o ‘Pikabea’. Unos meses después fuentes de Interior informaban de que decenas de presos firmaron un manifiesto contra la lucha armada y en apoyo de los expulsados. Hubo entonces otros históricos, como Urrusolo Sistiaga o Gisasola, que pidieron una vuelta a las negociaciones. Hace un mes lo volvían a pedir en una carta que Gara decidió no publicar.

Además, la organización ETA suspendió de militancia al que fuera jefe de su aparato militar, Francisco Javier López Peña, alias Thierry y a Ainhoa Ozaeta, quienes se encontrarían "a la espera de castigo", según publicó El País en 2008. Ambos criticaron duramente a la dirección por no permitir críticas ni puntos de vista diferentes.

También fueron ‘señalados’ por ETA y su colectivo de presos Francisco Múgica Garmendia, Pakito; Ignacio Aracama Mendia, Makario; Iñaki Bilbao Beaskoetxea, Iñaki de Lemona; Carlos Almorza Arrieta, Pedrito de Andoain, Kepa Solana Arrondo y Koldo Aparicio Benito a finales de 2005.  

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