Aguirre: "El PP está en crisis y negarlo es un disparate"

  • La expresidenta madrileña publica "Yo no me callo", sus reflexiones políticas.

    Se muestra partidaria de un presidente "de consenso" y no rechaza el pacto PSOE-Ciudadanos.

Esperanza Aguirre, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid.
Esperanza Aguirre, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid.

No acostumbra Esperanza Aguirre a ser cauta en sus declaraciones. Este martes lo ha sido. Editorial manda. La expresidenta madrileña ha evitado con insistencia las preguntas más controvertidas, en especial, las referidas al liderazgo de Rajoy.

“He venido a hablar de mi libro”, ha despejado en varias ocasiones, en especial cuando ha sido preguntada por si el presidente en funciones habría de dar un paso atrás para permitir la gobernabilidad.

A Rajoy le dedica todo menos piropos en “Yo no me callo” (Espasa), un libro, el primero, en el que reflexiona sobre los actuales tiempos políticos, la pérdida de votantes de su partido y la falta de definición ideológica en el PP, de la que responsabiliza a su actual jefe, entre otros.

Sobre el texto, apenas ha avanzado detalles. “Eso no lo voy a destripar, les invito a que lo lean”, ha sido su muletilla.

“Cuando un partido no tiene claro cuál es su ideología, sus dirigentes van como pollos sin cabeza”, escribe Aguirre. La expresidenta del PP madrileño considera que en su partido hay “miedo a ser de derechas” y que el “centrismo acomplejado” supone un problema para atraer al votante.

Aguirre ha revelado que aún no ha enviado el libro a Rajoy. “No creo que le tenga que disgustar”, ha prevenido. “No es un libro para preocupar a nadie, y menos a mis compañeros de partido”, ha añadido.

Estos son algunos de los dardos:

Lo que quiero que pase es que los tres partidos constitucionalistas, que se están negando unos a otros, se pongan de acuerdo.

El pacto PSOE-Ciudadanos no me parece mal. Habrá que quitar cosas, como que se revierta la reforma laboral, y otras que hay que poner. Y eso es lo que hay que discutir.

Hay dos cuestiones que hay que evitar. La entrada de Podemos en el gobierno de la Nación es un peligro para la democracia. Repetir las elecciones es una pérdida de tiempo. Los electores no se han confundido. Nos han dicho que nos tenemos que poner de acuerdo. Y si hay un líder que concite a todos los demás, mejor, y si no, es constitucional que el Rey se lo encargue a una persona que sea capaz de atraer a quien pueda reunir el mayor número de apoyos.

España está por delante de los intereses de partido. Creo que debemos ponernos de acuerdo antes de repetir elecciones.

La indefinición ideológica en un partido es peligrosa

Las leyes de Zapatero, como la memoria histórica, la del aborto… no se han revertido. Y hay mucha gente que no sabe lo que piensa el partido de muchas cosas.

Estoy a favor de un congreso abierto en el que cada militante tenga un voto.

EL PP está en crisis, negarlo es un disparate.

Lo primero para salir de la crisis es diagnosticar qué nos está pasando.

Mi responsabilidad la he asumido dimitiendo del PP de Madrid, no porque haya hecho algo ilícito o reprochable sino porque el secretario general que yo propuse lleva más de un año en la cárcel y no creo que ningún juez mantenga a alguien en la cárcel si no tiene pruebas de que ha hecho algo delictivo.

La corrupción en España está muy relacionada con los sistemas de nombramiento de los cargos políticos.

Mi reacción ante la corrupción ha sido inmediata cuando me han tocado de cerca. En otros casos en el partido no ha sido tan contundente. Y eso, unido a que el sistema judicial es tan lento que deviene injusto,… siete años para la Gürtel… la gente cree que los políticos salen impunes.

El PP está en crisis. Creo que las causas importantísimas son la crisis económica y la corrupción, pero no las únicas. Si no tomamos medidas no podremos volver a atraer a todos esos liberales y conservadores que creo que son mayoría en España.

Ayer me di cuenta de que al libro le faltaba una dedicatoria. Se lo dedicaría a todos los españoles que se sienten liberales y conservadores. Al ministro de Exteriores por tanto no se lo dedico, porque es socialdemócrata. Si me lo preguntan, diría que Rajoy es conservador. Entraría en mi dedicatoria.

Creo que los votos de 2011 muchos de ellos fueron ‘prestados’. No nos votaron porque simpatizasen con el PP, sino porque querían que arreglásemos los desastres de Zapatero.

Desde que llegamos al gobierno en el 96, nuestro think tank FAES no ha funcionado con la misma “mordiente” que lo hacía antes.

La ideología del partido no se ha revisado a fondo desde el año 90.

La política de comunicación es otra de las causas de la pérdida de votantes del partido.

En el PP no tenemos un relato.

Nos hace falta un relato que emocione, como en el PSOE que levantan el puño y se sienten emocionados... Ese relato no tiene que ver con la edad ni la juventud, sino con sentirse orgulloso de nuestra historia. Creo que la Segunda República no fue idílica.

En este momento, los estatutos del PP dicen que el candidato a la presidencia del gobierno es el presidente del partido. Eso se cambió en 2008 con cierta “nocturnidad”, fue un virtuosismo de Federico Trillo.

No creo en los medios de comunicación de titularidad y gestión públicas.

Nuestros votantes quieren participar en algo más trascendente que que suba dos décimas la cifra de crecimiento. Eso no motiva. Dedicar el año 2015 a la gestión económica ha sido un error.

Los votantes solo se recuperarán si el partido se define ideológicamente.

Le dije al presidente del partido que estaba muy preocupada por las encuestas. El presidente me contestó en el Comité Ejecutivo que no nos preocupásemos porque ellos tenían otras mucho mejores...

Los gurús del PP consideraban que aupar a Podemos era positivo para quitar votos al PSOE. Yo siempre creí que estaban equivocados. 

Iglesias defiende a un régimen que cuelga de grúas a los homosexuales... Sacó cinco millones de votos. Un éxito de La Sexta.

El presidente del partido tiene que ser la persona elegida por todos y cada uno de los militantes del partido.

Echo de menos más partido. Hay demasiada cúpula.

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