Ciudadanos defiende su autonomía para buscar acuerdos al margen del PSOE

  • El partido quiere evitar que el acuerdo con los socialistas comprometa sus futuras negociaciones. 

    Tratan de impulsar una sublevación interna en el PP que acabe con el liderazgo de Rajoy. "Si hay otro candidato, cambia todo", admite Rivera. 

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Con dos meses de negociaciones por delante para lograr el acuerdo, los partidos han empezado a mover ficha para tratar de evitar la celebración de elecciones.

Los movimientos estratégicos dados desde el pasado viernes, cuando Sánchez fracasó en la segunda votación de investidura, confirman que esas conversaciones no serán ni mucho menos fáciles.

Para empezar, el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos podría ser más frágil de lo que a los socialistas les gustaría. Pese a que ambos partidos han acordado ir juntos a las posibles reuniones negociadoras, Rivera quiere marcar su autonomía.

“No hay candidato salvo que el Rey proponga”, recordó ayer, tras la reunión de su Ejecutiva. Un gesto que se interpreta como un relativo 'desplante' al líder socialista, que también este lunes insistía en que, a día de hoy, reúne más escaños que Rajoy: los 90 del PSOE más los 40 de Ciudadanos y el de Coalición Canaria.

La afirmación de Rivera pone en cuestión la supervivencia del acuerdo de legislatura suscrito hace apenas dos semanas. La propuesta reúne 200 medidas que Ciudadanos tiene intención de defender en las futuras negociaciones. Pero el acuerdo, recuerdan también, no implica en ningún modo que el apoyo a Sánchez, o al PSOE, esté garantizado pase lo que pase. Esto es, que el Rey decida proponer otro nombre para la investidura. "Si hay otro candidato del PP, cambia todo"

En ese caso, advierten, “nos pondríamos a hablar de candidatos”. Aseguran también que les importa “muy poco” quien lidere el Ejecutivo. Eso sí, Rajoy no su opción. Rivera ya se lo dejó claro al presidente en funciones la semana pasada, en su intervención en el Congreso, cuando cuestionó su capacidad para llevar a cabo las reformas que el país necesita. 

Con una dureza desacostumbrada, el líder de Ciudadanos animó a los populares a ser "valientes para limpiar y cortar por lo sano". Esto es, en otras palabras, con Mariano Rajoy.  "Quien no ha limpiado su casa, ¡cómo va a limpiar España de corrupción!", le había afeado unos minutos antes. 

Este martes, Rivera ha vuelto a insistir: "Si hay otro candidato, cambia todo", ha resuelto, preguntado Antena 3 por un posible entendimiento con el PP. 

La operación para impulsar una renovación desde dentro, que acabe con el liderazgo del ahora presidente en funciones, está en marcha. En Ciudadanos son conscientes de que no lo tienen fácil. Por eso, apelan directamente al votante popular, desencantado con la gestión de Rajoy, en especial, en lo relativo a la corrupción.  

"Hay mucha gente válida, gente que no está de acuerdo con lo de Rita Barberá, con lo que pasa en Valencia, la no toma de decisiones de Rajoy. Queremos hablar con el PP, pero su candidato es quien no ha querido cambiar nada".

Rivera se resiste a pedir directamente la marcha de Rajoy, "no pedimos su cabeza", suelen repetir sus dirigentes, aunque está claro que ese mismo mensaje se encamina al relevo. Sin vetos con Podemos: se busca la abstención

El partido emergente es consciente de que el acuerdo con Sánchez limita las posibilidades de ampliar la negociación-el PP no aceptará otro escenario que no sea gobernar- pero aún así, los de Rivera quieren aprovechar estos meses para confirmar su voluntad negociadora. Creen que ese pacto es lo suficientemente amplio-incluye hasta un 80% de sus propuestas de programa-como para servir de base para las futuras conversaciones.

Si hasta ahora la ofensiva principal tenía el objetivo de lograr la abstención del PP, ahora, se busca también la de Podemos. A los de Iglesias no se les niega el diálogo, aunque el partido morado mantenga sus vetos:  este lunes,  advirtió de que no se sentaría con el PSOE si en la mesa de negociación, los socialistas aparecen acompañados de los de Rivera.

En Ciudadanos sólo existe a día de hoy una condición: ninguna negociación con partidos que defiendan la independencia. Esto es, ERC y DiL. El supuesto da cierto margen al PNV, formación que en su momento se mostró dispuesta a apoyar un gobierno de Sánchez si el socialista suma un acuerdo de mayoría. 

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