Las encuestas internas del PSOE encienden las alarmas al dar un empate técnico con UP

El PSOE no es capaz de pasar por alto por un momento que el posible sorpasso de Unidos Podemos es su amenaza más real.

Sus sondeos internos confirman que este pronóstico, que ya constatan algunas otras encuestas, podría hacerse oficial el 26-J. Según la proyección de los socialistas, la coalición Iglesias-Garzón estaría a 1,4 puntos. Aún por debajo, sí, pero en una distancia mínima y fácil de acortar en un mes de campaña decisivo.

El estudio se ha encargado a una reconocida empresa demoscópica, que ha realizado 1.000 entrevistas. Los socialistas obtendrían el 23,8% de los votos, casi 1,8 puntos más que el pasado diciembre.

El otro partido que crece, según esta encuesta, es Ciudadanos, que pasaría del 13,9% de los apoyos al 14,5%, una ligera subida de 0,6 puntos. Mientras tanto, el PP, en menor medida, y la coalición bajarían. Los de Rajoy lograrían un 27,9% de los votos, 0,8 puntos menos que en diciembre, mientras que el partido 'naranja'asciende 0,6 puntos y conseguiría, según esta encuesta, un 14,5% de los votos.

Los populares, por tanto, volverían a ganar las elecciones. Pero la diferencia con el PSOE se reduce. De los 6,7 puntos de diciembre a los 4,1.

La unión de Podemos e IU tampoco lograría, según este sondeo, su suma aritmética. Los de Iglesias lograron, con el apoyo de sus confluencias, un 20,66% de los votos, mientras que IU obtuvo el 3,67%. Según la encuesta del PSOE, ahora conseguirían un 22,4 de los apoyos, es decir, 1,9 puntos menos que la suma de las papeletas que recabaron por separado (24,33%).

No obstante, la consigna en Ferraz trata de evitar el desánimo que supondría quedar terceros. Un pesimismo que, consideran, no puede trasladarse a tres semanas de la cita decisiva. Ello, pese a que amplios sectores del socialismo afean a la dirección que no haya sido capaz de sobreponerse al acuerdo con Ciudadanos y reafirmar que su espacio natural es una izquierda que ahora podría estar en manos de Unidos Podemos.

El equipo de estrategia de Sánchez cree que la distancia con Unidos Podemos será mayor el día de las elecciones, porque muchos votantes meditan aún su papeleta.