REPORTEROS SIN FRONTERAS DENUNCIA "PASIVIDAD" DEL GOBIERNO DE RAJOY ANTE EL ACOSO A PERIODISTAS ESPAÑOLES EN TURQUÍA

Reporteros Sin Fronteras (RsF) reclamó hoy al Gobierno de Mariano Rajoy que proteja a los periodistas españoles en Turquía frente a las amenazas, censuras y tratos vejatorios que asegura que están sufriendo a manos del régimen de Erdogan.
Reporteros Sin Fronteras difundió un comunicado en el que denuncia la “pasividad” de la diplomacia española a la hora de impedir esta actuación contra la prensa por parte del Gobierno de Ankara.
RsF recuerda en primer lugar el caso de la periodista Beatriz Yubero, que ha contado a la organización de periodistas que “sufre actualmente importantes secuelas psicológicas como consecuencia de las vejatorias y traumáticas condiciones en las que se desarrolló su detención y deportación de Turquía, a principios del pasado mes de agosto”.
La colaboradora de medios españoles como ‘La Razón’ o ‘Bez.es’ se encuentra en tratamiento médico y dos meses después de su expulsión no tiene ni una sola constancia, verbal o escrita, ni por parte de las autoridades turcas, ni por parte de las españolas, sobre el porqué de su deportación.
RsF también recuerda el caso de la periodista Natalia Sancha, colaboradora habitual de ‘El País’ en Oriente Medio, que fue expulsada del aeropuerto Sabiha Gökçen de Estambul, tras cerca 17 horas retenida en contra de su voluntad.
Ocurrió en octubre de 2015, cuando se dirigía a Diyarbakir (región kurda de Turquía), donde se celebraban elecciones. Iba a visitar a unos amigos como turista, no como reportera, y así se lo hizo saber a las autoridades que la detuvieron, pero sin éxito.
Otro caso que refiere RsF es el de Lluís Miquel Hurtado, colaborador habitual de ‘El Mundo’ en Turquía y también de medios como ‘Ara’ o RAC1. Como Natalia Sancha, aterrizó a finales del pasado mes de abril en el aeropuerto de Sabiha Gökçen de Estambul y fue interceptado por tres agentes, antes de pasar el control de pasaportes. “Tenían un papel en la mano con documentación sobre mí, luego me estaban esperando y entraron directamente a preguntarme en turco. Les presenté todas mis credenciales, incluida la acreditación de la Embajada española, porque sabía que ayuda a que se piensen mejor una deportación”, señala.
Igual que a Natalia Sancha, a Hurtado le aislaron en una sala del aeropuerto y le arrebataron el móvil, que estaba usando para alertar a sus compañeros. “Siguió un interrogatorio bastante ridículo, en el que intentaban buscar mis filias con el partido kurdo HDP, a cuyos líderes he entrevistado dentro y fuera del país. Les di sus nombres. Me registraron toda la maleta y, al cabo de veinte minutos, me dejaron marchar. Yo lo interpreto como un toque de atención, como un aviso de que me vigilan y de que tenga cuidado con el tema kurdo. Si hubiesen encontrado cualquier irregularidad administrativa, me habrían deportado”, asegura. El periodista también contó su detención en ‘El Mundo’, como vía para llamar la atención sobre la paupérrima libertad de información en Turquía.
No es la primera vez que Lluís Miquel Hurtado tiene problemas con las autoridades turcas. Ya en marzo de 2012, fue detenido en Diyarbakir por grabar el año nuevo kurdo.
Malén Aznárez, presidenta de la sección española de RsF, asegura que “la pasividad de la diplomacia española parece ser una constante en las quejas de los periodistas que cubren un país tan peligroso para la libertad de información, como es en estos momentos Turquía.
La mayoría de los periodistas españoles que cubren la actualidad turca, recuerda, “son colaboradores, ‘freelance’ a los que se impone un doble abandono y desamparo: el de las autoridades españolas y el de unos medios que solo están obligados por el compromiso ético que decidan adquirir con cada caso; unos medios que no siempre están a la altura de la protección y defensa que merecen sus colaboradores. Es urgente que el Ministerio de Asuntos Exteriores se implique de forma activa en la defensa y protección de todos ellos”. afirma Malén Aznárez, presidenta de la sección española de RSF.
Según Reporteros Sin Fronteras en su reciente informe sobre Turquía, la ya dramática situación de la libertad de prensa en el país se ha agravado, tras el fallido golpe de Estado y la imposición del estado de emergencia.
Los decretos que sucedieron a la asonada golpista han supuesto, desde el 15 de julio, que 200 periodistas hayan sido detenidos, de los cuales 101 permanecen en prisión. Además, han desaparecido 102 medios de comunicación - por cierre o expropiación-, entre los que figuran 45 diarios, 16 cadenas de televisión, 16 cadenas de radio, 23 emisoras, 15 revistas, 29 editoriales y tres agencias de prensa.

Mostrar comentarios