La inseguridad pública cobra protagonismo en la campaña electoral en Uruguay

  • El tema de la inseguridad pública, las responsabilidades por la misma y las políticas para eliminarla han cobrado protagonismo en la campaña para las elecciones del próximo 26 de octubre en Uruguay, dejando de lado asuntos como la economía, que apenas si ha tenido eco o despertado interés en los ciudadanos.

Álvaro Mellizo

Montevideo, 10 oct.- El tema de la inseguridad pública, las responsabilidades por la misma y las políticas para eliminarla han cobrado protagonismo en la campaña para las elecciones del próximo 26 de octubre en Uruguay, dejando de lado asuntos como la economía, que apenas si ha tenido eco o despertado interés en los ciudadanos.

Algunos de los ataques más duros, las respuestas más fuertes y las acusaciones más salidas de tono en esta campaña, por lo demás con un perfil bajo y poco llamativo, han venido de un tema que desde hace un tiempo es la mayor preocupación del país debido a los inusitados índices de criminalidad.

Tal es así que los comentarios de los candidatos sobre quién podrá ser su ministro del Interior en caso de ganar las elecciones han tenido una mayor presencia mediática y han dado lugar a más comentarios que los posibles equipos económicos.

Los uruguayos acudirán a las urnas en menos de tres semanas, tanto para decidir la composición del Parlamento y el nuevo presidente, como para dilucidar en un referéndum paralelo si se cambia la Constitución y se endurece el castigo a los menores delincuentes, algo que obligó a los candidatos a tomar partido y adecuar sus campañas centrándose en este espinoso asunto.

En dicho plebiscito, los uruguayos votarán si rebajan la edad de imputabilidad penal de los 18 a los 16 años, así como otras medidas para contener a los menores infractores, una iniciativa que surgió al calor de una serie de cruentos crímenes cometidos por adolescentes que despertó la indignación ciudadana.

Las últimas encuestas apuntan que la iniciativa no será ratificada, ya que pese a contar con un apoyo del 51 % en las encuestas, tan solo un 40 % de los uruguayos dice que efectivamente votará a favor en el referéndum, que no es obligatorio.

"Sin lugar a dudas la inseguridad pública es el principal de preocupación de los uruguayos, por lo cual ningún candidato lo puede ignorar. Aunque de todas formas, la impresión que uno tiene es que ningún candidato presenta soluciones claras, ni convincentes", afirmó a Efe el analista político Juan Carlos Doyenart.

Las aproximaciones al tema por los tres principales contendientes a la Presidencia, Tabaré Vázquez por el oficialista e izquierdista Frente Amplio (FA), Luis Lacalle Pou por el Partido Nacional (PN) y Pedro Bordaberry por el Partido Colorado (PC), son muy diferentes entre sí al tiempo que dejan patente su preocupación por el mismo.

"Bordaberry y Vázquez quieren hablar siempre del tema. Al primero le interesa porque con ello divide a los votantes del PN, unos a favor de endurecer la Constitución y otros no. Y el Frente quiere hablar solo de políticas de seguridad de forma general, pero no tratar de forma particular cuán insegura se siente la gente", declaró a Efe Daniel Chasquetti, politólogo y profesor en la Universidad de la República.

Por su parte, Lacalle, según analistas, evita hablar del asunto para no provocar tensiones en la interna de su grupo, dividido entre los partidarios de votar a favor de la rebaja de la edad penal y los que no.

Esta situación y este debate aparentemente es cómoda para todos, ya que ha permitido al FA movilizar a sus poco entusiasmados electores contra esta sensible iniciativa.

Por su parte, Bordaberry se ubicó en un lugar útil para atraer sectores de derechas más sensibles a la seguridad y Lacalle, que aspira a capturar votos del FA, no está interesado en ir muy a la derecha y perderlos.

El politólogo Adolfo Garcé apuntó por su parte que la lejanía de Lacalle en este debate surge por su "interés en pasarse hacia el centro", lo que al mismo tiempo permite a los colorados "colocarse en vanguardia en un tema que preocupa a la ciudadanía".

En cualquier caso, este juego de equilibrios solo podrá durar hasta que, como indican también las encuestas, la definición de la Presidencia llegue a una segunda vuelta que previsiblemente enfrentará a Vázquez con Lacalle.

"En ese caso Lacalle tendrá que usar todo. Él se movió al centro, y Bordaberry peleó con todo. Lacalle puede recoger frutos por eso, pero esa inactividad no puede durar para siempre, y en la segunda vuelta tendrá que hacer algo", culminó Chasquetti sobre ese eventual escenario.

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