El presidente de EEUU, Barack Obama, tiene por delante una dura tarea de oposición en la Cámara de Representantes tras cuatro años de mandato demócrata. Los republicanos se han hecho con el control de la Cámara Baja del Congreso, al conseguir al menos 39 escaños que estaban en poder de los demócratas. La cámara la controlaba el partido de Obama desde 2006 y este miércoles renovaba sus 435 escaños.
En estos mometos, y según los datos aportados por 'The New York Times', los republicanos disponen de 239 congresistas, frente a los 183 obtenidos por los demócratas. Por ahora faltarían por decidir otros 13 escaños.
De todas formas, el optimismo no puedes ser completo en las filas del Partido Republicano, ya que los demócratas han conseguido, a falta de resultados finales, mantener su mayoría en el Senado. Según los datos facilitados por el mismo diario, los demócratas tienen 51 senadores, mientras que el Partido Republicano ya dispone de 46 escaños, con otros tres aún en juego. Los resultados no son definitivos, aunque es complicado que la situación varíe.
En el caso de la Cámara de Representantes, las cadenas de televisión estadounidenses CNN y NBC afirman que los republicanos ganarán por más de 50 escaños, incluso podrían llegar a superar con creces esa cifra. Entre los escaños que han cambiado de manos está el del legislador de Virginia Tom Perriello, que ha perdido su reelección pese al fuerte apoyo recibido del presidente de EEUU.
Perriello, que había respaldado el enorme paquete de estímulo económico y la polémica reforma de salud de la Administración de Obama, ha perdido frente al republicano Robert Hurt. Entre los que sí lograron salvar la cabeza está Barney Frank, demócrata de Massachusetts y co-autor de la controvertida ley de reforma financiera y uno de los legisladores con perfil más progresista.
La pérdida del control de los demócratas en la Cámara de Representantes implicará la salida de su actual presidenta, Nancy Pelosi, primera mujer que ocupó el cargo. Se prevé que el actual líder de los republicanos en la Cámara Baja, John Boehner, de Ohio, la reemplace en el puesto.
Los republicanos han prometido que, bajo el liderazgo de Boehner, revertirán la reforma de salud aprobada por Obama y pondrán en marcha recortes de impuestos que dicen ayudarán a reducir el déficit e impulsar el crecimiento.
Los demócratas en el Senado
En el Senado, que renueva hoy 37 de sus 100 escaños, los republicanos han arrebatado de momento los asientos de los demócratas en Indiana, Dakota del Norte, Arkansas y Wisconsin. Los conservadores necesitan 10 escaños para hacerse con el control de la Cámara Alta, pero la mayoría de proyecciones indica que no lograrán alcanzar la cifra mágica de 51.
El triunfo del ahora gobernador de Virginia Occidental, el demócrata Joe Manchin, que se impuso en la disputa por un escaño al republicano John Rease, convierte prácticamente en inalcanzable el sueño de los republicanos de dominar el Congreso. De confirmarse los resultados, será la primera vez en 80 años que la Cámara de Representantes no cambia de manos al mismo tiempo que el Senado.
Poderío del Tea Party
La noche electoral ha confirmado también el empuje del movimiento ultraconservador Tea Party, que se apuntó la primera gran victoria de la noche tras conocerse el triunfo del candidato al Senado por Kentucky Rand Paul. "Hemos llegado para recuperar nuestro gobierno", ha afirmado esta noche Paul, quien se refirió al "maremoto" del Tea Party.
El segundo tanto de la jornada para el movimiento ultraconservador llegó con la victoria del republicano Marco Rubio, quien superó al independiente Charlie Crist en la contienda por un escaño al Senado por Florida.
El Tea Party ha dado su apoyo específico a 129 candidatos a la Cámara de Representantes y a 9 del Senado y ha basado su ascenso en la insatisfacción de los estadounidenses más conservadores con la economía y el incremento del gasto público. De hecho, las encuestas a pie de urna realizadas esta noche muestran a un electorado descontento sobre todo con la marcha de la economía, el asunto que más preocupa a los estadounidenses.
Los sondeos indican también que los demócratas han perdido terreno entre las mujeres, los trabajadores de ingresos medios, las personas de raza blanca, los votantes de mayor edad y los independientes.
En estas elecciones estaban en juego también 37 gobernadores. Los republicanos también han ganado terreno en ese frente al arrebatar a los demócratas el control de estados como Michigan, Nuevo México -donde mandará la republicana Susana Martínez, la primera gobernadora hispana de EEUU-, Oklahoma, Kansas y Pensilvania.
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