¿Podría un Brexit provocar un efecto dominó entre los países de la UE?

Para dar comienzo a un efecto dominó entre los países del bloque y debilitar el actual modelo europeo, todos los euroescépticos de la Unión Europea esperan una victoria del Brexit en el referéndum del 23 de junio en Reino Unido.

Así, diputados europeos de ultraderecha han hecho campaña en Viena por el Brexit, con banderas, música folclórica y el eslogan "la primavera de los pueblos", días antes del referéndum británico.

El clan de los más bravucones está listo para intentar la aventura de la salida de la UE. El diputado holandés Geert Wilders, cuyo partido de ultraderecha PVV encabeza la carrera en las encuestas, ha colocado entre sus prioridades, en caso de elección, la ruptura con una Unión Europea "totalitaria".

"Sin miedo", parece decir, por su parte, el dirigente de la Liga Norte italiana Matteo Salvini, para quien "si Europa es esto, más vale estar solo que en mala compañía". Italia se permite el lujo de tener dos partidos euroescépticos, con el Movimiento 5 Estrellas, que cosechó una gran victoria en las elecciones municipales de este fin de semana.

"Francia tiene quizás mil razones más de querer salir de la UE que los ingleses", aseguró la líder francesa del Frente Nacional, Marine Le Pen, el viernes en Viena.

Una salida del Reino Unido "demostraría que es posible vivir fuera de la UE", se jactó recientemente Le Pen, a quien los sondeos sitúan con frecuencia en cabeza de la primera vuelta en las presidenciales francesas de 2017.

Pero más que un "Frexit" unilateral, es una "salida concertada" de la UE, en el marco de un referéndum al que aspira la dirigente del Frente Nacional.

Los llamamientos a este tipo de consulta popular podrían multiplicarse en caso de Brexit y hacerse eco en los países nórdicos, igualmente afectados por la ola populista.

"Los países pequeños, como Dinamarca y potencialmente Suecia, (...) forman parte del grupo 'de riesgo'" en caso de Brexit, apuntó el politólogo Carsten Nickels del grupo de análisis bruselense Teneo.

Los países escandinavos, claros contribuyentes al presupuesto de la Unión, temen que las repetidas crisis europeas terminen por afectar a su prosperidad.

La alternativa a una salida brutal de la Unión podría pasar por una renegociación de ciertos tratados para devolver a los gobiernos nacionales "la soberanía" tan preciada en Bruselas.

El partido de extrema derecha alemán AfD dijo así temer "la catástrofe" económica de un Brexit, en el que sin embargo ve una oportunidad para reformar la UE.

El jefe del FPÖ austriaco, Heinz-Christian Strache, que apunta a la jefatura del gobierno en 2018, dice lo mismo cuando afirma "amar a Europa", pero querer "imponer un cambio desde el interior" a favor de una fórmula "a la carta".

El jefe del gobierno húngaro Viktor Orban declaró su pasión por Europa este lunes, en una súplica hecha a los británicos para que voten por la permanencia en la Unión.

Este llamamiento, difundido por la prensa británica, podría sorprender viniendo de un dirigente en oposición con Bruselas. El proceso sin embargo es realista y estratégico.

Hungría, al igual que Polonia y otros países de Europa central donde el euroescepticismo va viento en popa, se beneficia de ayudas financieras europeas.

"No tendrían ningún futuro económico y político fuera de la UE y lo saben", destacó Werber Fasslabend, del Instituto Austriaco para la Política Europea y de Seguridad.

Viktor Orban se esfuerza por encarnar en el corazón de la UE una alternativa a las políticas de "Bruselas", sobre todo con respecto al tema de la migración.

Incluso el Jobbik (Movimiento por una Hungría Mejor) húngaro, uno de los partidos de ultraderecha europeo más radicales, anunció hace poco no querer salir de la UE, para "transformarla" mejor desde dentro.

Las retóricas incendiarias contra la UE son una cosa y la política puesta en marcha una vez en el poder es otra, señaló la politóloga finlandesa Emilia Palonen tomando el ejemplo del partido de ultraderecha "Los Verdaderos finlandeses".

Su líder ha silenciado sus llamamientos a salir de la UE, después de convertirse en ministro de Relaciones Exteriores.

En el otro extremo del heterogéneo panorama del euroescepticismo, la izquierda griega Syriza también rebajó sus promesas de luchar contra Bruselas.

Los responsables europeos advierten que, en caso de Brexit, no realizarán ningún regalo a los británicos. Este mensaje busca igualmente desmotivar a los gobernantes que intenten la aventura por su cuenta.

Una UE debilitada solo tendrá un ganador, observaron los analistas. El presidente ruso Vladimir Putin lo aprovechará "para recuperar influencia" en Europa del Este, según Werber Fasslabend, y para denigrar una Unión en descomposición frente al "modelo ruso".

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