Suárez. El obispo de ávila subraya su “caridad política” para lograr la reconciliación del pueblo español

ÁVILA, 25 (SERVIMEDIA/ICAL)

El obispo de Ávila, Jesús García Burillo, remarcó hoy la “caridad política” del expresidente del Gobierno Adolfo Suárez, un “católico en la vida pública”, que logró la reconciliación del pueblo español para que las “dos Españas volvieran a encontrarse”. El prelado subrayó en la homilía de la misa corpore in sepulto que se celebró en la catedral de El Salvador de la capital abulense que Suárez inauguró un modelo de “convivencia”, “respeto”, “pacto” y “consenso” que, a su juicio, “bien merecería ser continuado”.
García Burillo remarcó que desde su etapa universitaria el expresidente supo “escuchar” y afrontar los problemas con “serenidad”, “espíritu analítico y crítico” y “desmedida generosidad”. Además, destacó que “nunca tuvo apego a algún objeto personal” y sus convicciones cristianas, el “marco” en el que desenvolvió su quehacer político, demostrando sus actitudes de “responsabilidad”, “mesura” y “respeto”. Por ello, sostuvo que abrió un nuevo tiempo en España “sin revancha” y con espíritu democrático, tras años de dictadura.
Asimismo, el obispo dijo que trabajó por el entendimiento entre los españoles y dejó el “poder sin vacilar cuando no tuvo el apoyo, convencido de que era lo mejor para España”. “Era un católico en la vida pública”, dijo García Burillo por su “amor a las personas” y la “búsqueda del bien común”, considerando “hermanos” a los seres humanos. El prelado citó al Papa Francisco y al apóstol Pablo para remarcar que hizo de los pueblos españoles uno durante la Transición, su “gran aportación” a la sociedad española y la comunidad internacional, que a su juicio “causa admiración”.
Por ello, el prelado insistió en que los españoles deben una “acción de gracias inmensa” a Suárez, que señaló trazó un camino que en su opinión merecer ser continuado. También, señaló que la “cruz y sufrimiento” le han acompañado durante su vida, tanto por la muerte de su esposa e hija mayor, como por la “soledad”, “abandono” e “ingratitud” que sufrió en su “quehacer político” y la “amargura” que le produjo el “sacrificio” de su familia por sus ausencias.
El prelado también se refirió a la juventud del presidente durante la homilía que inició con la llegada a Ávila de Adolfo Suárez desde Cebreros. Destacó que su familia era católica y practicante y que lo educó en la fe. Entonces, dijo García Burillo, “era fácil vivir la fe” en la capital amurallada, donde participó junto con otros jóvenes en el movimiento de Acción Católica. Recordó su propuesta al entonces obispo de renovar la organización, lo que a su juicio dio “un gran impulso juvenil” a Ávila.
“Encontró la luz en el ejercicio de la política, ahora vuelve a casa para reposar junto a quien fue todo en su vida, su esposa”, dijo el obispo. Por ello, Jesús García Burillo encomendó su alma a Dios para que le perdone todos sus pecados. Además, pidió a la Santísima Virgen, señora de Valsordo, patrona de Cebreros, que lo acompañe en su tránsito al cielo.
MENSAJE DEL PAPA
El Nuncio Apostólico en España, Renzo Fratini, envió una carta al obispo de Ávila en nombre de Su Santidad el Papa Francisco. En la misiva por la “triste noticia” del fallecimiento de Suárez, expresó su “más sentido pésame” y deseó que los sufragios le acompañen para que goce del “eterno descanso”. Además, impartió la “bendición apostólica” a su familiares y a los que sufren por la muerte de una “figura” destacada de la historia reciente de España.
EUCARISTÍA
La eucaristía comenzó con una breve monición en la que el obispo señaló que la muerte del “querido hermano” Adolfo Suárez “entristece” a la sociedad, si bien señaló que la fe reconforta a los que sienten su fallecimiento. Su pérdida, añadió el prelado abulense, demuestra que la vida del hombre es frágil para, a continuación, iniciar una oración que finalizó con el traslado del féretro por el piquete formado por cinco agentes de la Policía Municipal a la capilla central, donde tuvo lugar la ceremonia que concelebraron medio centenar de sacerdotes y obispos, entre ellos el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, y el obispo de Segovia, Ángel Rubio.
La familia de Suárez ocupó los primeros bancos de la catedral de El Salvador de Ávila para asistir a las exequias del primer presidente de la democracia, que contaron también con la presencia de un gran número de autoridades, como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, quienes recibieron el cuerpo a su llegada al templo mayor abulense, donde sonó el himno nacional y las campanas doblaron para anunciar su llegada.
La misa corpore in sepulto comenzó sobre las 14.00 horas con la súplica por Suárez para que logre el perdón de Dios. La lectura elegida para la misa puso de manifiesto la importancia de dar “muerte al odio” y de llevar la “noticia de la paz” a los “dos pueblos” para que se acerquen a Dios.
Posteriormente, la celebración continuó con el cántico del salmo responsorial, la llamada al evangelio y la homilía del obispo, que dirigió el rito de despedida del cadáver y su incesación con la presentación de ofrendas y su bendición.
Sobre las 15.00 horas finalizó la misa con el sepelio en el claustro del templo, donde el féretro de Suárez fue enterrado en un sepúlcro en el que reza 'La concordia fue posible'.

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