El tamaño de los menús de comida rápida se ha multiplicado por cuatro en los últimos 60 años

  • El Centro de Control Enfermedades de Estados Unidos (CDC) ha publicado un gráfico en el que denuncia que de las compañías estadounidenses de 'fast food' han cuadruplicado la cantidad de comida

Los médicos llevan años anunciando que es la gran pandemia del siglo XXI. La obesidad afecta a 78 millones de estadounidenses, es decir, más de un tercio de los adultos y casi el 17% de los niños. Además, un 33% de los adultos y un 15% de los menores tienen exceso de peso, aunque no el suficiente como para ser considerados obesos. ¿Las causas? Herencia genética, poco ejercicio y exceso de ingesta de alimentos hipercalóricos y grasos, sobre todo comida rápida.

Hace aproximadamente una década el Centro de Control Enfermedades de Estados Unidos (CDC) publicó un informe en el que por primera vez relacionaba la obesidad con los menús que se servían en las cadenas de 'fast food'. Ahora, el CDC acaba de publicar un ilustrativo gráfico en el que se puede apreciar como los menús de las hamburgueserías han multiplicado su tamaño hasta por cuatro en los últimos 60 años.

Esta institución pública con sede en Atlanta no tiene dudas de que el incremento en el tamaño de las hamburguesas, las patatas y los refrescos que se sirven en estos establecimientos es directamente proporcional al aumento de personas obesas.

Según la investigación del CDC, en1950 la hamburguesa estándar pesaba 110 gramos, mientras que ahora es tres veces mayor, superando los 340 gramos de media. Algo similar sucede con las patatas fritas. Las raciones de 'french fries' incluidas en los menús han pasado de pesar 68 gramos a casi 200.

Más dramático es el caso de los refrescos. Las bebidas que se sirven en las cadenas de comida rápida, que por lo general tienen un alto contenido en azúcar, han pasado de servirse en envases de 20 centilitros hace seis décadas a 1,2 litros en la actualidad.

Un problema con difícil solución

Con estos datos a la vista no sorprende que el 96% de los platos que se sirven en estos establecimientos no sean capaces de cumplir con los mínimos nutritivos recomendados por el Gobierno, según un estudio publicado la semana pasada por el Departamento de Salud Pública. Los entrantes tienen una media de 813 calorías, una cifra que en los platos principales se reduce ligeramente hasta las 674 calorías.

Varios informes apuntan a que en 2030 el 42% de los estadounidenses será obeso. Una pandemia que, según los expertos, le costará a las arcas federales más de 550.000 millones de dólares en gastos sanitarios en los próximos 20 años.

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Roberto Arnaz
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