La iniciativa ha sido impulsada por la Unión Democrática de Pensionistas de Madrid (UDPM) con el apoyo de la ONCE y la propia Biblioteca, con el objetivo de construir un Quijote internacional e inclusivo gracias a las nuevas tecnologías, permitiendo contrastar la evolución y difusión de la escritura y lectura en braille en los últimos cien años.
Al mismo tiempo, se pretende hacer un reconocimiento al valor del braille como sistema de lectoescritura que permite el acceso a la cultura a quienes tienen discapacidad visual grave y, además, un reconocimiento a la obra de Cervantes, por su impacto y su capacidad para unir múltiples culturas y sentimientos.
La lectura ha comenzado en español a partir del cual se han ido intercalando lectores en braille en noruego, inglés, polaco, rumano, francés, italiano, portugués, ruso, japonés, esperanto, árabe, chino, alemán y asturiano, entre otros. Por parte de la ONCE han participado algunas personas ciegas ya jubiladas y otras pertenecientes al Club Braille de su Delegación Territorial en Madrid.
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