Lozano Bartolozzi (Pamplona 1943-Tarragona 2009) nació y creció en un entorno artístico y bebió de las influencias del arte pop anglosajón, "más centrado en la vida cotidiana y el disfrute de cada día", que plasmaron Richard Hamilton y David Hockney, ha dicho Medina.
El nombre de Bartolozzi se asocia a una generación de los 60 y a un grupo de artistas nacidos después de la Guerra Civil que, durante los 70, apostaron por la reivindicación de una nueva figuración, el retorno del objeto y la realidad cotidiana bajo la influencia de tendencias expresionistas.
Empujado por la neofiguración y con la emergencia del pop, Bartolozzi fue conformando una obra llena de sugestiones orínicas y eróticas con un poso geometricolírico, según la comisaria, que ha destacado la faceta multidisciplinar del artista que trabajó en cerámica, ilustración, pintura y escultura.
Entre su obra, destaca 'Passeig amb gossa' como una oda a la vida sencilla y la alegría de vivir, así como un semidesnudo de él mismo en que refleja la "rebeldía" de su generación, en que también se encuentra Bigas Luna, contra las connotaciones negativas existentes con los desnudos.
La exposición viaja por el proceso evolutivo de un artista que abandonó la vida urbana para trabajar en temas más vinculados con la naturaleza, como en 'El gran garrofer' --guiño a las algarrobas que Miró siempre llevaba en el bolsillo para tener los pies en el suelo--.
En su creación, se alejó del realismo con piezas más metafóricas como 'Corazón cayendo por la escalera', y recreó sus raíces navarras con una "naturaleza exuberante", en comparación con la de Vespella (Tarragona), donde fue alcalde 12 años y reinventó su recreación de la naturaleza con la introducción de personajes amigables, que recuerdan a Miró.
En su última etapa, Bartolozzi fue "muy ecléctico" y viró hacia el simbolismo con imágenes más crítpicas, como refleja la exposición, que recoge las últimas obras en las que trabajó el artista, una de ellas inacabada.
'L'ESCALA DE L'ENTENIMENT'
Por otro lado, el artista Alfonso Alzamora ha dedicado una exposición al pensador Ramon Llull, del que se cumplen los 700 años de su muerte, en que recoge una representación plástica de algunas de las formulaciones intelectuales caudales del filósofo.
Alzamora, de trazo lírico y minimalista, se propone trasladar al lenguaje plástico los símbolos lulianos de la escalera del entendimiento y del árbol de la ciencia, y así pretende "introducir" a muchos neófitos al pensador catalán más universal.
La propuesta expositiva empezó el 31 de marzo con el emplazamiento de una de las esculturas al Campus de la Ciutadella de la Universitat Pompeu Fabra (UPF).
La escultura matriz 'L'escala de l'enteniment' es una pieza erigida sobre 36 cubos de hierro que muestran un ascenso desde una "ausencia" como símbolo del levantamiento y ascenso del conocimiento, ha explicado el artista.
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