VETERINARIOS ENVÍAN A RIBÓ UN INFORME SOBRE EL SUFRIMIENTO DEL TORO EN LAS CORRIDAS ‘A LA PORTUGUESA’

La Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal (Avatma), formada por casi 400 profesionales, envió este martes al alcalde de Valencia, Joan Ribó, un informe técnico que pormenoriza el sufrimiento de los animales en las modalidades taurinas sin muerte: corridas ‘a la portuguesa’, lidia sin suerte suprema y las llamadas ‘corridas incruentas’.
Después de la manifestación taurina celebrada el pasado domingo en Valencia, Ribó apostó ayer por trabajar para que en España se celebren corridas de toros ‘a la portuguesa’, donde no se mata a los animales, con el fin de “avanzar en el respeto” y contra el maltrato.
La Avatma señala en el documento enviado al regidor valenciano que los animales en estos festejos “sufren tanto física como emocionalmente de una manera tan intensa como incuestionable”.
Esta entidad indica que incluso en las llamadas ‘corridas incruentas’ (en las que no se utiliza ningún elemento punzante para ocasionar heridas) se observan en los toros “pérdidas de visión, miedo y un enorme estrés, además de acidosis metabólica, dificultad respiratoria y diversas lesiones musculares por verse obligados a realizar un ejercicio extenuante para el que su organismo de rumiante no está adaptado”.
El presidente de Avatma, José Enrique Zaldívar, aseguró en un comunicado que “el maltrato y la crueldad hacia los bovinos está patente en todos los espectáculos taurinos sin excepción, independientemente de que se les provoquen o no heridas y de que la muerte de éstos se produzca ante el público o fuera de la vista de los espectadores”.
Zaldívar indicó que, tras una ‘corrida incruenta’, la muerte del morlaco “será inevitable después del festejo, ya que un toro que ha conocido los engaños una vez se volverá sumamente peligroso de ser lidiado nuevamente”.
Respecto a la lidia portuguesa a caballo, el documento de Avatma detalla que el sufrimiento de los toros previo a su muerte es mayor aún que en la lidia clásica española. “En esta modalidad, todos los animales son sometidos manipulaciones de sus cornamentas (amputación de pitones y embolado) sumamente dolorosas y estresantes. Una vez finalizado el festejo, la mayoría de ellos pasan agonizando muchas horas -e incluso días- en los chiqueros de la plaza o en el camión de transporte antes de ser enviados al matadero, donde son sacrificados. Durante esa espera, además, se les arrancan las farpas, los rejones y las banderillas en vivo, provocando en ellos un enorme padecimiento”, explica.
Zaldívar apuntó que “si lo que propone el señor Ribó es que se realicen lidias convencionales a pie sin muerte pública pero manteniendo los dos primeros tercios los tercios del festejo, se obviarían únicamente los daños provocados por el estoque, el descabello y la puntilla, pero seguirían existiendo las tremendas lesiones físicas, el intenso dolor y las profusas hemorragias que provocan en el animal las puyas y las banderillas”. “Por tanto, el espectáculo en ningún momento estaría exento de sufrimiento y crueldad”, concluyó.

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