Aguilar celebra 141 años de olor a galleta aunque sin María Fontaneda

  • La localidad palentina de Aguilar de Campoo mantiene hoy el olor a vainilla que siempre le ha caracterizado gracias a la apuesta social, política y sindical realizada hace 10 años cuando se perdió la marca Fontaneda pero se mantuvo el empleo y la producción de galletas.

Aguilar de Campoo (Palencia), 17 ago.- La localidad palentina de Aguilar de Campoo mantiene hoy el olor a vainilla que siempre le ha caracterizado gracias a la apuesta social, política y sindical realizada hace 10 años cuando se perdió la marca Fontaneda pero se mantuvo el empleo y la producción de galletas.

El conflicto que se desencadenó en abril de 2002 cuando la multinacional United Biscuits quiso cerrar la fábrica de galletas de Fontaneda, se ha convertido en un ejemplo de "presión social" y de "éxito colectivo", todo un "hito en los conflictos sindicales", que hoy se estudia como ejemplo en la Universidad de Barcelona.

De hecho fue la lucha de todo el pueblo, y los apoyos en toda la Comunidad y en muchos otros lugares de España, lo que consiguió mantener el empleo en Aguilar de la mano del grupo Siro que compró la vieja fábrica y la mantuvo abierta durante otros 10 años hasta su cierre el pasado 31 de mayo para pasar la producción a la nueva factoría instalada en las afueras de Aguilar.

Para recordar aquel conflicto y la historia de Fontaneda en Aguilar de Campoo, el sindicato CCOO ha reunido hoy en una mesa redonda en la localidad a muchos de los protagonistas de aquel momento.

Entre ellos han estado los secretarios de acción sindical de UGT y CCOO, el que fuera consejero delegado de la multinacional, Joan Casaponsa, el presidente de Grupo Siro, Juan Manuel González Serna, un miembro de la familia Fontaneda, o la Consejería de Agricultura, representada por su actual consejera Silvia Clemente.

Todos ellos han destacado la importancia de las gentes de la localidad en la solución a aquel conflicto.

La consejera de Agricultura y Ganadería de Castilla y León, Silvia Clemente, ha recordado "el esfuerzo colectivo de todos los que tenían que implicarse por su responsabilidad desde distintos ámbitos y que sirvió para conseguir "lo que parecía imposible: que fue mantener la actividad productiva en Aguilar de Campoo".

Aquel año "la presión social sirvió para que una gran multinacional desistiera de desmontar la fábrica y accediera a la venta de la unidad productiva aunque fuera sin marca", ha apuntado la consejera.

Una apuesta acertada, en su opinión, si se tiene en cuenta que en este momento el 50 % de las galletas que se venden en el mercado son de marca blanca.

En este sentido ha alabado el "proyecto estratégico" que Grupo Siro está desarrollando en Aguilar, ligado a la investigación, al desarrollo tecnológico y a la exportación, y que ha servido para incrementar el numero de trabajadores de 212 en 2002 a los 330 que habrá en 2014.

Juan Manuel González Serna, presidente de Grupo Siro, ha recordado con "mucho cariño" el ánimo y el empuje de mucha gente que creía que había que salvar los puestos de trabajo e invertir en su pueblo.

En este sentido ha asegurado que el compromiso que entonces alcanzó con la villa galletera se mantendrá en el futuro, como lo demuestra el hecho de que Siro haya invertido en los últimos 10 años en Aguilar 120 millones de euros.

También ha estado presente en la mesa redonda Cristina Fontaneda, la cuarta generación de la familia, que ha recordado como su familia, propietaria de "la galletera más importante del siglo XX", vivió aquel conflicto con mucha preocupación.EFECOM

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