Anthony Hopkins siempre será Hannibal Lecter, haga lo que haga

Elegante, metódico y de una mirada capaz de atravesar, así es el Anthony Hopkins actor. Un hombre que en el periplo promocional de su último trabajo, ‘El rito’ –se estrena este viernes en España–, ha asegurado que si se dedica a la interpretación es porque ninguna otra cosa se le daba bien de joven.A su falta de talento en otros menesteres y al interés que Richard Burton puso en él les debe la historia del cine la llegada a la pantalla de uno de los actores más prestigiosos de las últimas décadas. Ha hecho prácticamente de todo en esto del cine, pero para el gran público siempre será el caníbal Hannibal Lecter.

Nacido el 31 de diciembre de 1937, este galés nacionalizado estadounidense en el año 2000 aterrizó en esto de la actuación a instancias del mítico Richard Burton allá por los años sesenta. La carrera de Hopkins está unida a dos grandes nombres del cine, el de Burton y el de Lawrence Olivier. El segundo fue quien le invitó a mudarse a Londres, donde su carrera despegó por completo. Era el año 1965.

Comenzó en la televisión, participando en alguna serie y en TV-Movies. Aunque fue con un papel para el cine en 1968 cuando acarició por primera vez la fama y los aplausos. El título de aquella película era ‘El león de invierto’. En ella Hopkins interpretaba nada más y nada menos que al rey Ricardo corazón de león escoltado en el cartel por nombres tan sonoros como los de Timothy Dalton, Peter O’Toole y Katharine Hepburn. Tres Oscar se llevó aquel título.

En su larga y prolífica carrera, Hopkins acumula una ficha con 116 películas a sus espaldas, muchas de ellas en la televisión, medio en el que se desenvolvió sobre todo durante las décadas de los sesenta, setenta y ochenta, con alguna que otra incursión en el cine como la mencionada anteriormente. A finales de los ochenta llegó su momento en el cine. Se sucedieron un par de películas (‘Adorable seductor’ y ’37 horas desesperadas’) y cayó en sus manos el papel por que el siempre será recordado.

No hay duda de que Hopkins es un buen actor, versátil, metódico y de carácter. Lo que ocurre es que, a veces, el personaje está por encima del hombre. Corría el año 1991 y se estrenaba ‘El silencio de los corderos’. En esta, el actor galés dio vida a un caníbal culto y retorcido que aterrorizó a la imberbe agente Clarice Starling (Jodie Foster). Entonces fue y siempre será Aníbal Lecter.

Este papel le valió a Hopkins el único Oscar de su carrera, aunque ha sido nominado en otras tres ocasiones por ‘Lo que queda del día’ (1994), ‘Nixon’ (1996) y ‘Amistad’ (1998), en esta última optó a la estatuilla como Mejor Actor Secundario. La primera candidatura fue la que tuvo premio y después repetiría papel en dos ocasiones más. En 2001 estreno ‘Hannibal’, siguiente episodio de este caníbal tan arraigado en su carrera y en la historia del cine. Y un año más tarde llegaría ‘El dragón rojo’. Se trataba de una precuela de ‘El silencio de los corderos’, el agente era Edward Norton y el malo principal Ralph Fiennes.

Casado en terceras nupcias con la colombiana Stella Arroyave y habiendo soplado ya las 73 velas, este galés con título de Sir asegura que cuando era joven no se le dan bien ni los deportes ni los estudios. Por eso se metió a actor. Lo ha dicho hace poco en la presentación europea de ‘El rito’, película que estrena esta semana y en la que interpreta a un cura poseído. Una historia de creencias y fe cuestionada en la que Hopkins vuelve a cargar con el peso de gran parte del drama. El los últimos años acumula títulos tan variados como ‘Todos los hombres del rey’, ‘Conocerás al hombre tus sueños’, de Woody Allen, ‘El hombre lobo’ y hasta una de animación como ‘Beowulf’.

El viernes llega ‘El rito’, pero Hopkins aún tienen trabajos pendientes de estreno a lo largo de este año. Primero, ‘Thor’, la versión del dios nórdico realizada por Kenneth Branagh, y después ‘The song of names’. En la agenda, el rodaje de ‘360’, dirigida por Fernando Meirelles y co-protagonizada junto a Rachel Weisz y Jude Law. Además, su nombre suena para convertirse en el próximo enemigo de James Bond en el cine. Pasa de los 70, pero a Hopkins aún le queda mucha guerra que dar en la pantalla. Lo que no sabe mucha gente es que fuera de ella tiene otros dos talentos de los que no presume tanto como debiera. Su faceta como pintor y su maestría al piano son todo un lujo para quienes pueden disfrutar de ellas.